LD (Agencias) En una nota oficial remitida por el portavoz del Vaticano, el español Joaquín Navarro Valls, ha invitado al Gobierno de España a "releer atentamente las palabras" que el lunes pasado pronunció el Papa Juan Pablo II. Ellas, dice el texto, "ilustra la posición de la Iglesia" respecto a la proyectos gubernamentales considerados contrarios a la doctrina cristiana.
La nota oficial, que sería una respuesta a la convocatoria que a través del subsecretario de Asuntos Exteriores, Luis Calvo, el Ejecutivo hizo al Nuncio, monseñor Manuel Monteiro de Castro, para mostrarle la "extrañeza" por las referencias del Papa a las supuestas restricciones a la libertad religiosa por parte del Gobierno español.
Al mismo tiempo, el Vaticano se ha mostrado satisfecho por las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, sobre la "voluntad de diálogo" del Ejecutivo español con la Santa Sede y su deseo de reforzar dicho diálogo. "Tomamos nota con satisfacción de la voluntad del Gobierno español de mantener un entendimiento fructífero con la Iglesia mediante un diálogo permanentemente animado y de recíproco respeto. Esta ha sido y será siempre la línea de la Santa Sede", añadió Navarro Valls.
Radicalismo sin precedentes
Desde el PP, el portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana, ha dicho que el Gobierno reflejó un "radicalismo" y "sectarismo" sin precedentes en la España democrática al convocar a Monteiro de Castro. Subrayó que con "las declaraciones de Su Santidad, como de cualquier otra personalidad, se está de acuerdo o en desacuerdo, pero no ese afán de reprimir y censurar lo que no nos gusta escuchar".
Zaplana explicó que la discrepancia y crítica "es lo normal en democracia" y "hay que acostumbrarse a que la opinión de uno no es la única que existe". Por los últimos acontecimientos políticos, mencionó que el Gobierno socialista entró "en una espiral impropia de un país democrático, moderno y sereno". Esa actitud, remató, "genera una gran crispación, una respuesta exagerada y nada proporcionada".