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LA PRENSA DE UN VISTAZO

"Estercolero" de Anson, "mierda" en Público y Maruja Torres se siente "menos asno"

Que viva Pujol y la selección, vaya por delante, pero la última de Rubalcaba a las bravas contra el PP ha levantado ampollas en la prensa. Unos que sí, que sí que había juez, otros que no, que no, que no lo había.

Como Rubalcaba ya no tiene a Garzón para que le judicialice las operaciones ha decidido, parece ser, que él solito se vale y basta para enviar a la trena a los fachas del PP. ¡Tanto cuento con el estado de Derecho y los derechos fundamentales, hostia! Así que ha mandado 80 polis de Madrid a Alicante a la casa de Ripoll a pedirle las facturas "domésticas" –recibo de la luz, el ticket de Mercadona– y dar un aviso a la oposición de cara al debate de la semana que viene, que para eso está Interior y para eso está la policía y a ver quién manda aquí, cago en diez. Así que, sin orden judicial mediante, el Gobierno de Zapatero detuvo al dirigente alicantino y de paso le imputó una serie de delitos con gran publicidad, mucha alevosía y algo de nocturnidad –a las ocho de la mañana es casi de noche ¿no?–.

Y ¿cómo lo ve la prensa? Examinamos los titulares en función de amigos y no amigos del Gobierno por este orden:

El País: "El Tribunal de Valencia atiza la crítica del PP por los arrestos de Alicante". El periódico de Prisa no tiene reparos en acusar al Tribunal Superior de Justicia de Valencia de emitir "dos comunicados en los que atizó la estrategia del PP". "El órgano judicial que preside De la Rúa se enfrenta a Interior, la policía y la Fiscalía". Y ¿el juez? Ah, que no había juez en la operación. El País reconoce entre líneas la "no participación directa en la operación del juez instructor ni tampoco en las detenciones ni en la comunicación de las posteriores citaciones judiciales". Después dice que el juez Carlos San Martín Gómez fue el que autorizó el operativo en un "auto secreto". Ya. Pues a ver si lo hace público después de la que se ha montado y nos enteramos todos y no sólo El País. No obstante, insiste en que esto son minucias. "Génova se aferra a la conspiración y evita tratar el fondo del escándalo".

El editorial no aporta mucho más que lo dicho en las informaciones. Se centra en la división entre campistas (partidarios de Camps) y zapalanistas (partidarios de Zaplana) y cree que "esto es lo que debería preocupar al a dirección nacional del PP, en lugar de crear dudas sobre la actuación de la Policía Judicial" y erre que erre actuaron "a las órdenes que el juez que instruye el caso". O sea, que había juez.

Público sólo lleva el fútbol en portada. Me voy a páginas interiores y me tengo que ir hasta la 12: "El PP acusa a Interior para no hablar de su corrupción" y asegura que "la Justicia avala la actuación de la policía". Luego aclara que "la policía está capacitada para detener a personas objeto de una investigación judicial sin necesidad de que el juez instructor haya dictado la orden de arresto". O sea, que no había juez.

Manuel Saco dice que "la mierda rebosa de esa fosa séptica llamada PP valenciano". "No es que el asunto sea una mierda, es que la mierda misma... era el objeto de deseo".

Y en el lado de los no amigos:

El Mundo: "El juez desmonta 3 mentiras de la Policía contra Ripoll". "El titular del juzgado número 3 de Orihuela dice que ni ordenó su detención, ni está imputado, ni le ha citado a declarar". Comienza el editorial curándose en salud: "Lo que vamos a decir sirve tanto si José Joaquín Ripoll es absolutamente inocente como si ha cometido graves delitos". Después desmenuza las tres "mentiras" de la policía –la falta de orden judicial, las imputaciones y la citación del juzgado– para concluir que "hay motivos para que el PP pida la dimisión" de Rubalcaba. Por pedir que no quede.

Y como el asunto de las basuras de Alicante ha desatado el olfato de los columnistas Luis María Anson dice que "da asco" la clase política en general a causa de la corrupción. "La tentación de la corrupción llama a sus puertas. Son las voces de la escombrera, los olores del estercolero".

La Gaceta: "La Policía de Rubalcaba detuvo a Ripoll sin orden judicial ni acusación alguna". Dice Carlos Dávila que "esto está a medias entre la Stasi..., la dictadura de Ceaucescu... y la Cuba de Fidel. Los súbditos de aquellos regímenes tenían más suerte que nosotros.: al menos sabían que vivían en una tiranía sin derechos".

La Razón: "El juez se entera por la Policía de que se debe tomar declaración hoy a Ripoll". En el editorial dice que la operación "arroja muchas más sombras que luces que conviene aclarar" porque provocan "desconfianza ante la Justicia y la Policía". Ve también una "nueva ofensiva para desacreditar, deslegitimar y erosionar al PP" y "una maniobra para distraer la atención" antes del Debate sobre el Estado de la Nación. Es como oír a González Pons.

ABC: "El juez acusa a la Policía de detener a Ripoll sin su orden". Ignacio Camacho habla de tenebrosos "paseíllos" y dice que "estamos ante la repugnante, palmaria, viscosa, persistente impresión de un uso torticero y sesgado del poder al servicio de designios políticos de parte. De la parte del Gobierno".

Y como hoy es todo tan serio o tan deportivo nos fijamos en la columna de Maruja Torres. Que también es seria porque habla de las universidades de verano, así que no les voy a aburrir mucho. Justifico la mención porque es la única que da un toque de humor a la prensa de hoy. Dice que participó por error en una conferencia en la Facultad de Ciencias de la Educación de Málaga, por ello, hoy se siente "un poco menos asno que ayer".

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