Gregorio Gordo, que llegó a Leganés para apoyar al concejal de la coalición Raúl Calle en su campaña contra Jesús Gómez a causa de un artículo en La Ilustración Liberal, no quiso despedirse sin antes cargar contra Pío Moa, historiador y colaborador habitual de Libertad Digital.
Enlazando la presunta enajenación mental transitoria que sufrió Gómez al escribir aquel artículo con la obra de Pío Moa, atribuyó a éste último vivir sumido en un estado de enajenación mental permanente desde que se fue del GRAPO. Gordo considera que el texto de Gómez está plagado de "barbaridades" perfectamente comparables a las de Pío Moa. Para concluir que, si ambos pueden decirlas libremente, es gracias al Partido Comunista de España, "gracias a la lucha de muchos comunistas en España".
El coordinador general de IU en la Comunidad de Madrid se refirió a Moa en términos sarcásticos como "ínclito señor" para, a continuación, arremeter contra él asegurando que es "un señor que pasó de dar martillazos a la policía cuando estaba en el GRAPO a hacerse de extrema derecha y querer cambiar la historia de España".
Con idea de cerrar el tema y la pregunta que había formulado Libertad Digital (a la que no contestó) Gordo afirmó que ya "nos hemos dado cuenta del grado de enajenación no transitorio, sino el grado de enajenación permanente en el que se sumió este hombre desde que se fue del GRAPO". El líder comunista cree que la "democracia tiene que también asumir a este tipo de personajes que por hacerse famosos son capaces de cualquier cosa", remató.
Lo más curioso de las declaraciones de Gregorio Gordo no es la inquina personal que profesa hacia Pío Moa, sino el hecho de que le parezca que el historiador se sumiese en ese estado de "enajenación mental permanente" cuando dejó el GRAPO, lo que da pie a pensar que, para el líder de Izquierda Unida, cuando Moa formaba parte de esta banda terrorista estaba en sus cabales.