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José Tomás revienta Las Ventas con dos faenas antológicas

El diestro José Tomás ha desorejado los dos toros de su lote en una tarde histórica en su reaparición en Las Ventas seis años después. Ha completado dos faena antológicas, destacando el toreo al natural bajando la mano, lento, templado, ajustado, profundo, magistral. El público venteño ha enloquecido con la verdad del toreo de Tomás entre ensordecedores olés y puesto en pie gritando ¡torero, torero!. 


José Tomás hace historia


El diestro José Tomás ha desorejado los dos toros de su lote en una tarde histórica en su reaparición en Las Ventas seis años después. Ha completado dos faena antológicas, destacando el toreo al natural bajando la mano, lento, templado, ajustado, profundo, magistral. El público venteño ha enloquecido con la verdad del toreo de Tomás entre ensordecedores olés y puesto en pie gritando ¡torero, torero!. 

(Libertad Digital) El regreso del hijo pródigo, José Tomás, a la plaza que le encumbró a lo más alto del escalafón taurino ha superado con creces las expectativas más optimistas. El público venteño, muy necesitado de triunfos esta temporada, ha enloquecido, literalmente, con las dos faenas que ha completado el diestro de Galapagar a su lote, dos toros serios, nobles y bien presentados, el primero de Toros de Cortes, y el segundo de Victoriano del Río, ganadería que triunfó en el ciclo isidril del pasado año.

Muchos veían en esta tarde la verdadera prueba de fuego para el torero madrileño tras su vuelta a los ruedos hace ahora un año en La Monumental de Barcelona. Ausente en Sevilla, Bilbao, Pamplona y Valencia, esta era su primera cita en una de las plazas fuertes. Y José Tomás ha dejado sin argumentos a sus críticos. Más allá de la emoción, de la quietud estatuaria que llena de emoción y de verdad cada una de sus apariciones sobre el albero, el de Galapagar ha completados dos faenas soberbias, según coinciden todas las crónicas. Su toreo al natural, con la mano abajo, templado, profundo, tan del gusto de la exigente afición madrileña, ha enloquecido a los tendidos. El público gritaba puesto en pie "torero, torero" y se arremolinó en la Puerta Grande para acompañar la salida a hombros del auténtico triunfador de la temporada taurina en Madrid.
 
Cuenta Burladero.com que en su primero, Dákar, de 525 kilos, José Tomás prendió la chispa con una serie de soberbios derechazos que arrancaron los primeros olés, atronadores, del coso madrileño. La locura llegó por el pitón izquierdo. José Tomás bordó el toreo al natural, muy cruzado, tirando del toro, muy abajo, y rematando atrás, muy atrás. El público, en pie, aplaudía a rabiar el final de cada serie. Un trincherazo antológico remató una faena de las que no se olvidan. Estocada entera y dos orejas.
 
En el segundo, Comunero, de 535 kilos, el diestro madrileño se gustó con el capote con un quite a la verónica, destacando dos lentas, interminables y un remate sensacional con una media. Con la muleta en la mano izquierda llegó de nuevo la locura. Una serie de ocho naturales antológicos, soberbios cuenta la crónica de Burladero. Estocadón hasta la bola, la plaza inundada de pañuelos, y dos orejas más.    
 

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