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Juan Pablo II se flagelaba, seguía duros ayunos y dormía en el suelo por penitencia

Según se va acercando la fecha en que Juan Pablo II sea declarado santo se van conociendo más detalles del Pontífice. El postulador de la causa revela que el Papa dormía en el suelo y que se flagelaba como penitencia. Dejó por escrito su voluntad de renunciar en caso de una enfermedad incurable.

Según se va acercando la fecha en que Juan Pablo II sea declarado santo se van conociendo más detalles del Pontífice. El postulador de la causa revela que el Papa dormía en el suelo y que se flagelaba como penitencia. Dejó por escrito su voluntad de renunciar en caso de una enfermedad incurable.

Juan Pablo II puso por escrito su voluntad de renunciar al Pontificado en caso de padecer una "enfermedad incurable" que le impidiera "ejercitar suficientemente las funciones" de Papa, según revela el postulador de su causa de beatificación, Slawomir Oder, en el libro 'Porqué es santo', que sale este miércoles a la venta.

El difunto Papa escribió esta disposición en 1989 aunque puso la decisión final en manos de los máximos responsables del colegio cardenalicio, empezando por su decano, el entonces cardenal Joseph Ratzinger.

En otra carta fechada en 1994, Karol Woytila explicaba que, "después de haber rezado y reflexionado mucho" había considerado el deber de "seguir las disposiciones y el ejemplo de Pablo VI, quien, planteándose el mismo problema, juzgó que no podía renunciar al mandato apostólico sino en presencia de una enfermedad incurable o de un impedimento tal que obstaculizara el ejercicio de las funciones del sucesor de Pedro".

"Aparte de esta hipótesis, considero como una grave obligación de conciencia el deber de seguir desempeñando la tarea a la que Cristo Señor me ha llamado hasta que él, según los misteriosos diseños de su Providencia, quiera", agregó.

Además de estos detalles, Oder confirma que Juan Pablo II solía infligirse mortificaciones corporales y, en concreto, que se flagelaba, además de seguir duros ayunos, sobre todo, durante la Cuaresma, o de dormir en el suelo, como una forma de penitencia y ofrecimiento.

Para que sus colaboradores no se percataran de esto último, Oder recuerda que el Pontífice solía deshacer la cama para simular que había dormido en ella. Lo que sí oían algunos de ellos eran los azotes que el Pontífice se propinaba "tanto en Polonia como en el Vaticano.

"En su armario, entre las sotanas, tenía colgado un particular cinturón para los pantalones que utilizaba como una fusta y que hacía que se la llevaran siempre también a Castel Gandolfo", donde está situada la residencia veraniega del Papa, detalla el postulador.

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