L D (EFE) Hasta ahora Francisca B.M., de 35 años, que desde el pasado sábado se encuentra ingresada en el Centro Penitenciario de Alhaurín de la Torre (Málaga), negó en sus primeras declaraciones ante la Policía y ante el juez que hubiese tenido algo que ver con el fallecimiento de su bebé.
No obstante, posteriormente ha confesado ante el juez que también le suministró Colme, el fármaco para la deshabituación de los alcohólicos que presuntamente dio también a su hija Sandra, fallecida el 5 de este mes, y a su marido Antonio G.B., muerto en enero.
Al igual que hiciera ante la Policía, Francisca B.M. ha mantenido posteriormente que su marido era un alcohólico y que la maltrataba y que tenía intención de abandonarla llevándose con él a sus hijos, motivo que alega para el envenenamiento de todos los miembros de su familia.
También aseguró que pretendía suicidarse y no quería que sus hijos se quedaran solos en el mundo "porque nadie los quería e iban a estar muy solos. Francisca B.M., que, según las citadas fuentes, presenta una actitud fría y medita bien sus respuestas, asegura que actuó en todo momento sola y por iniciativa propia y que nadie sabía nada de lo que hacía.
Está previsto que el Juzgado de Instrucción número 5, que lleva el caso, tome declaración a diversos testigos que puedan arrojar luz al caso, entre ellos tres hombres con los que Francisca B.M. mantuvo contactos a través de Internet, uno de ellos en Tenerife, con el que más relación parece que tuvo y al que incluso llegó a visitar en la isla en noviembre. Al parecer, a este hombre de Tenerife le había contado que era viuda y que no tenía hijos, según las citadas fuentes.
No obstante, posteriormente ha confesado ante el juez que también le suministró Colme, el fármaco para la deshabituación de los alcohólicos que presuntamente dio también a su hija Sandra, fallecida el 5 de este mes, y a su marido Antonio G.B., muerto en enero.
Al igual que hiciera ante la Policía, Francisca B.M. ha mantenido posteriormente que su marido era un alcohólico y que la maltrataba y que tenía intención de abandonarla llevándose con él a sus hijos, motivo que alega para el envenenamiento de todos los miembros de su familia.
También aseguró que pretendía suicidarse y no quería que sus hijos se quedaran solos en el mundo "porque nadie los quería e iban a estar muy solos. Francisca B.M., que, según las citadas fuentes, presenta una actitud fría y medita bien sus respuestas, asegura que actuó en todo momento sola y por iniciativa propia y que nadie sabía nada de lo que hacía.
Está previsto que el Juzgado de Instrucción número 5, que lleva el caso, tome declaración a diversos testigos que puedan arrojar luz al caso, entre ellos tres hombres con los que Francisca B.M. mantuvo contactos a través de Internet, uno de ellos en Tenerife, con el que más relación parece que tuvo y al que incluso llegó a visitar en la isla en noviembre. Al parecer, a este hombre de Tenerife le había contado que era viuda y que no tenía hijos, según las citadas fuentes.