L D (EFE) La socióloga María Teresa López, que dirigió un curso sobre la mujer, la familia y el trabajo en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), opinó que este proyecto de ley resulta "cojo" porque "no recoge ámbitos muy graves como la violencia de hijos a padres o, incluso, la violencia a los ancianos".
Aunque reconoció que "está elaborado con rapidez" y que "se entendería mejor si contemplase otras manifestaciones de violencia doméstica", López tildó el proyecto del Ejecutivo de "fundamental" y consideró que se trata de "un paso adelante pequeño", lo que, matizó, "siempre es mejor que dar un paso muy grande en la dirección equivocada".
El catedrático de Sociología de la Universidad de Granada, Julio Iglesias de Ussel, señaló que, a su juicio, el proyecto de Ley es "una prueba evidente de la frivolidad con la que a veces se afrontan asuntos de gran relevancia". Por ello, añadió que en el texto resultan palpables "ciertas dosis de exhibicionismo y de instrumentalización política". 
Asimismo, recordó que tanto el Consejo de Estado como el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) "han puesto de relieve sus defectos jurídicos" y "discrepan de los objetivos" que la normativa plantea. Además del término "género" que figura en el título de la Ley y que, según apuntó López, denota "un conflicto semántico", Iglesias de Ussel coincidió con la socióloga en que la carencia más llamativa radica en la "no inclusión de otras formas de violencia", ya que "la barbarie no se produce sólo de hombre a mujer, sino también de padres a hijos, de hijos a padres e incluso de nietos a abuelos".