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Miles de fieles visitan la tumba del Papa tras abrirse al público las Grutas Vaticanas

Miles de fieles se pusieron este miércoles de nuevo en fila para rendir homenaje a Juan Pablo II, esta vez ante su tumba en las Grutas Vaticanas, que se reabrieron al público tras el entierro celebrado el pasado viernes. La larga fila que durante tres días desembocó en la basílica de San Pedro, convertida en capilla ardiente del Papa Wojtyla, se dirige ahora hacia la cripta del subsuelo del Vaticano en una repetición de un homenaje que parece no tener fin.

Miles de fieles se pusieron este miércoles de nuevo en fila para rendir homenaje a Juan Pablo II, esta vez ante su tumba en las Grutas Vaticanas, que se reabrieron al público tras el entierro celebrado el pasado viernes. La larga fila que durante tres días desembocó en la basílica de San Pedro, convertida en capilla ardiente del Papa Wojtyla, se dirige ahora hacia la cripta del subsuelo del Vaticano en una repetición de un homenaje que parece no tener fin.

L D (Agencias) Todas las previsiones apuntan a que la sepultura del Pontífice polaco se convertirá en meta privilegiada del peregrinaje católico, más aún con la sucesión de milagros que se atribuyen a su intercesión y que no han hecho sino acrecentar su fama de santidad. Antes de que abrieran la Grutas Vaticanas a las 07.00 horas cerca un millar de personas hacían ya cola -algunos cientos de ellas desde la madrugada- para ser las primeras en acercarse a la tumba de Juan Pablo II.

Allí se dieron cita otra vez numerosos polacos, que aguardaban su turno enarbolando las mismas banderas rojiblancas con crespones que ondearon al viento masivamente durante las recientes exequias, grupos de entusiastas escolares, familias enteras y muchos turistas. Tras pasar el detector de metales, los fieles se encaminan hacia la cripta a través de un corredor situado a la derecha de la basílica, al final del cual deben bajar unos escalones.

La tumba de Juan Pablo II, como la de Pablo VI, está excavada en el suelo y cubierta con una lápida de mármol blanco, ligeramente elevada, en medio de los sarcófagos que llenan de pompa este lugar reservado al enterramiento de Papas y, excepcionalmente, de las reinas Catalina de Suecia y Carlota de Chipre.

En un ambiente de recogimiento, los peregrinos desfilan ante la sepultura del Papa Wojtyla, sin poder detenerse para no frenar el flujo, y fijan su vista en la inscripción sobre el mármol de su nombre "Joannes Paulus II PP" y las fechas de su pontificado. Un bajorrelieve de la Virgen con el Niño adorna la pared interna de la cavidad abovedada donde se ubica la tumba, en cuya cabecera se ha colocado una maceta de calas blancas de verdes hojas relucientes y a sus pies, un pequeña vela votiva siempre encendida.


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