L D (EFE) Esos temores se han extendido entre la sociedad británica desde que se anunció la boda el mes pasado, sobre todo por las dudas sobre su legalidad y el "desaire" de la reina Isabel II, quien ha decidido no asistir a la ceremonia civil que unirá a su hijo con Camilla. El sondeo revela además que el 73 por ciento de los ciudadanos se opone a que Camilla se convierta en Reina, mientras que la mayoría no quiere que se le dé el título de Su Alteza Real.
Pese a todas esas objeciones, un 57 por ciento de los británicos aprueban que el príncipe Carlos se case con su compañera sentimental, cuyo idilio empezó hace más de 30 años. La curiosidad de los encuestados por seguir al detalle la boda, que se celebrará en Windsor, a las afueras de Londres, es relativa, puesto que sólo un 31 por ciento planea verla por televisión.
Una ceremonia civil en el Ayuntamiento de Windsor convertirá a Carlos y Camilla en marido y mujer, antes de ser bendecidos por el arzobispo de Canterbury en el Castillo de Windsor, donde la Reina ofrecerá después una recepción.