L D (EFE)
Los inconvenientes a la terapia con estos derivados son que aún no se ha conseguido desligar el efecto psicoactivo o "embriagador" de los cannabioides, así como la ausencia de ensayos clínicos, señaló Navarro durante su intervención en el curso "Las drogas de uso recreativo" que la Universidad Internacional Menéndez Pelayo celebra en Santander hasta mañana. Navarro explicó que, no obstante, sí hay ensayos clínicos en España con cannabioides en materia de neuroprotección, por ejemplo en pacientes que han sufrido una hemorragia cerebral, así como en enfermos de cáncer, en relación a "los efectos indeseables de los fármacos antitumorales".
Explicó la hipótesis del tratamiento con cannabioides en el caso de las psicosis, la enfermedad de Gilles Tourette o la de Hungtinton, que tienen en común un exceso en la función de la dopamina, uno de los neurotransmisores cerebrales, así como enfermedades relacionadas con el control alimentario, como bulimia o anorexia. Navarro quiso aclarar que "hay que diferenciar el consumo de cannabis como droga de abuso de lo que son los efectos potencialmente terapéuticos dirigidos al sistema endocannabioide como diana". Criticó a quienes han aprovechado las posibilidades que se apuntan para el tratamiento terapéutico con cannabioides "para rebajar el concepto de daño como droga de abuso".
Explicó la hipótesis del tratamiento con cannabioides en el caso de las psicosis, la enfermedad de Gilles Tourette o la de Hungtinton, que tienen en común un exceso en la función de la dopamina, uno de los neurotransmisores cerebrales, así como enfermedades relacionadas con el control alimentario, como bulimia o anorexia. Navarro quiso aclarar que "hay que diferenciar el consumo de cannabis como droga de abuso de lo que son los efectos potencialmente terapéuticos dirigidos al sistema endocannabioide como diana". Criticó a quienes han aprovechado las posibilidades que se apuntan para el tratamiento terapéutico con cannabioides "para rebajar el concepto de daño como droga de abuso".
