L D (EFE) Zhang Xuan se desmayó de pura fatiga y tuvo que ser ingresada en un centro médico tras pasar tres días, en los que se alimentó sólo con pan y agua ante el ordenador, mientras jugaba a la versión "on line" de un juego denominado "doudizhu" ("batalla contra el terrateniente").
La pasión desatada ante este juego ha llegado a encender la luz de alarma entre la policía de esta gran ciudad a orillas del río Yangtse, ya que se han producido varias peleas en las casas de té en las que se suelen disputar las partidas, y algunos jugadores han perdido enormes sumas de dinero en las apuestas.
La fiebre por el "doudizhu" también preocupa a los sociólogos, que creen que el alto número de personas que juegan en las calles de Chongqing tiene relación con el rápido aumento del desempleo en la ciudad, unido a la falta de oportunidades. Por si esto fuera poco, algunos funcionarios han sido descubiertos mientras jugaban partidas en horas de trabajo, por lo que algunos de ellos han sido expedientados o despedidos y las autoridades se empiezan a preguntar si las cartas pueden afectar a la eficiencia de las instituciones.
Chongqing, cercana a la presa de las Tres Gargantas, es famosa por sus 300 casas de té, en las que últimamente no se ve otra cosa que gente que juega a las cartas en sillas y mesas de bambú. La popularidad de esta competición de cartas ha llegado ha desplazar al juego de mesa más popular de China, el "mahjong", que se disputa con unas pequeñas fichas similares a las del dominó y es practicado con fervor no sólo en el país asiático, sino también en las comunidades chinas de todo el mundo.