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Arrestan a un antiguo compañero de clase por el crimen de una estudiante de 16 años asesinada en 1977

Las pruebas de ADN han permitido resolver el caso casi medio siglo después. El presunto asesino —de 66 años— fue localizado en un asilo de ancianos.

Las pruebas de ADN han permitido resolver el caso casi medio siglo después. El presunto asesino —de 66 años— fue localizado en un asilo de ancianos.
Bocetos del rostro y el vehículo del sospechoso distribuidos por los investigadores. | Policía de Honolulu

El Departamento de Policía de Honolulu, en Hawái (Estados Unidos), ha logrado resolver el caso abierto por la muerte de Dawn Momohara, una estudiante de secundaria que fue asesinada en 1977, gracias a las pruebas de ADN. La semana pasada se produjo el arresto del pregunto responsable: un antiguo compañero de clase de la víctima.

Se trata de Gideon Castro, un varón que tiene 66 años en la actualidad y que fue localizado en una residencia de ancianos de Utah (al oeste del país). Se le acusa de asesinato en segundo grado, aunque los exámenes que se le practicaron al cadáver de la joven -de 16 años. confirmaron que había sido violada y estrangulada.

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Dawn Momohara, joven asesinada en 1977.

La teniente de policía de Honolulu, Deena Thoemmes, ha recordado que Momohara fue encontrada "tumbada de espaldas, parcialmente vestida" en el segundo piso de un edificio de la escuela de secundaria McKinley. Antes de salir de casa, la fallecida dijo a su madre que iría a un centro comercial con unos amigos. Pero no regresó.

Tras encontrar el cuerpo sin vida de la chica, el 21 de marzo de 1977, los investigadores realizaron múltiples entrevistas a personas de su entorno.

Incluso distribuyeron un boceto del rostro de un hombre y los datos de un coche (un Pontiac Lemans, de color granate y el techo de vinilo blanco) que unos testigos aseguraron haber visto la noche de la desaparición de Momohara cerca del lugar en el que se encontró su cadáver.

Aun así, el caso se estancó sin que los investigadores tuvieran un sospechoso claro. Así fue hasta el año 2019, cuando los avances en las técnicas forenses permitieron desarrollar un perfil genético, a partir del semen encontrado en los pantalones de la víctima, que ha sido clave para llegar hasta el presunto asesino.

El ADN, la clave

Los datos fueron concluyentes un año más tarde. En 2023, Castro y su hermano William -ambos interrogados en su momento- se convirtieron el sospechosos. El segundo fue descartado tras practicar pruebas genéticas a uno de sus hijos. Por el contrario, las realizadas a uno de los vástagos del detenido determinaron su culpabilidad.

La policía federal y la de Honolulu cruzaron sus datos y -a principios de mes- pudieron confirmar la coincidencia de la información genética con la del ahora arrestado. Las pruebas de ADN, por tanto, llevaron hasta Castro. Un excompañero de la estudiante de segundo año de secundaria de Hawái cuyo crimen ha permanecido sin resolver durante 48 años.

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