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Un ex guardia civil confiesa haber matado, descuartizado y esparcido los restos de su mujer en Gran Canaria

El sospechoso ocultó el asesinato durante cinco años, hasta que la investigación desmontó su versión y lo llevó a confesar el crimen.

El sospechoso ocultó el asesinato durante cinco años, hasta que la investigación desmontó su versión y lo llevó a confesar el crimen.
Centro Comercial Tropical en Playa del Inglés, donde el detenido arrojó restos de su mujer. | EFE

El misterio que rodeaba la desaparición de María Dolores Illan Méndez en 2020 se ha resuelto de la forma más macabra. Su esposo, Miguel Gallego Pousada, ex guardia civil de 70 años, ha confesado que la mató, la descuartizó y esparció sus restos por distintos puntos del sur de Gran Canaria. Durante cinco años, consiguió enmascarar el crimen, pero su historia se derrumbó esta semana después de que fuera citado a declarar como testigo. La jueza ha ordenado su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza.

María Dolores desapareció el 18 de abril de 2020, en plena pandemia. Sin embargo, su marido no denunció su ausencia hasta marzo de 2021. Durante ese tiempo, intentó convencer a las autoridades de que su mujer se había marchado por voluntad propia, asegurando que había dejado una carta en la que pedía que no la buscaran. La investigación de la Policía Nacional, según informa La Provincia, reveló que la letra no coincidía con la de María Dolores y que no había registros de que hubiese salido de la isla por ningún medio.

Las sospechas policiales crecieron con el tiempo, hasta que, finalmente, Miguel Gallego fue citado a declarar el pasado martes como testigo. No sabía que, en realidad, la cita formaba parte de una estrategia policial para desmontar su versión. Durante el interrogatorio, que contó con la participación de especialistas en análisis de conducta, terminó confesando que había matado y descuartizado a su mujer.

La versión del detenido sobre el crimen

Según su declaración ante la Policía Nacional, recogida por La Provincia, el 18 de abril de 2020 protagonizó una discusión con su mujer en la que, presuntamente, ella le propinó un puñetazo. Miguel aseguró que respondió con la misma violencia, lo que derivó en un forcejeo. En el transcurso del altercado, según su testimonio, María Dolores cayó hacia atrás, golpeándose la cabeza contra el suelo, muriendo al instante.

El ex guardia civil afirmó que esperó varias horas para ver si su pareja reaccionaba. Al percatarse de que había fallecido, decidió desmembrar su cuerpo en la vivienda que compartían en San Bartolomé de Tirajana. Para ello, según declaró, utilizó una sierra, un cuchillo y un martillo. Luego, durante dos días, fue depositando fragmentos del cuerpo en diferentes lugares de la isla, transportándolos en una mochila.

Restos humanos en varios puntos de Gran Canaria

Tras la confesión, la Policía Nacional inició una serie de inspecciones en los lugares señalados por el detenido. Este miércoles, una comitiva judicial acudió a una calle anexa al Shopping Center Tropical, en Playa del Inglés, donde se encontraron restos humanos semiocultos por piedras. Además, también se hallaron huesos en un supermercado Lidl cercano.

Las pesquisas continuaron en el domicilio donde se perpetró el crimen. En el registro, los agentes encontraron restos de sangre en la habitación donde, según la versión del detenido, ocurrió el asesinato y el posterior descuartizamiento.

Dudas en la investigación

Uno de los aspectos que más dudas genera en la investigación, según fuentes consultadas por La Provincia, es la rapidez con la que, según su testimonio, logró deshacerse del cuerpo. Los hechos ocurrieron en plena pandemia, cuando las restricciones de movilidad eran muy estrictas. Los investigadores consideran inverosímil que lograra esparcir los restos por distintos puntos de la isla sin ser detectado en controles policiales.

Además, los especialistas han puesto en cuestión la viabilidad técnica de su versión. La Provincia recoge el testimonio de la médico forense y antropóloga del Instituto de Medicina Legal de Las Palmas, quien asegura que con las herramientas y medios habituales que se encuentran en un domicilio es muy difícil descuartizar por completo un cadáver humano en trozos pequeños de cinco centímetros.

Otro elemento clave en la investigación es la reforma que Miguel Gallego llevó a cabo en el baño de su vivienda tras la desaparición de María Dolores. Cambió las baldosas, paredes y el plato de ducha. Aunque se sospechó que esta remodelación podía haber servido para ocultar pruebas, los análisis forenses han descartado la presencia de restos biológicos en esa zona.

Una familia que espera justicia

María Dolores Illan Méndez tenía 59 años cuando fue asesinada. Natural de Cataluña, había llegado a Gran Canaria en 2014 junto a su marido tras el traslado de este como guardia civil. Mientras ellos iniciaban una nueva vida en la isla, sus dos hijas permanecieron en Vilassar de Mar. Ahora, cinco años después de su desaparición, su familia por fin obtiene respuestas, aunque la investigación aún debe esclarecer si la versión de Miguel Gallego es completamente verídica o si hubo una premeditación mayor de la que él mismo admite.

Por el momento, el ex guardia civil se ha acogido a su derecho a no declarar ante la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer, que lo investiga por un delito de homicidio y ha dictado su ingreso en prisión provisional.

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