
El joven de 27 años venezolano –nacionalizado español– que había violado y prostituido a su bebé de seis meses de edad ha sido condenado a cinco años de prisión por distribución de pornografía infantil de "especial dureza", una detención previa.
La Policía detuvo a Santiago J. L. en el año 2022 por este asunto, pero cuando inspeccionaron su móvil descubrieron que también agredía sexualmente a su bebé y la ofrecía a otros pederastas para que la violaran. Por esta razón, el acusado volverá en mayo a la Audiencia Provincial para ser juzgado por estos hechos, por los que piden 24 años de cárcel.
Primer juicio
El acusado ha sido juzgado esta mañana por la distribución de "vídeos extremos" de pornografía infantil en plataformas como Discord y Telegram. Fiscalía ha pedido cinco años de cárcel, con 10 años de libertad vigilada cuando salga de prisión y 15 años de inhabilitación de trabajos relacionados con menores. El acusado ha aceptado la pena que ha pedido Fiscalía, mientras que los informes psiquiátricos han descartado que el acusado sufra alguna enfermedad mental o trastorno de personalidad.
Santiago J. L. intentaba camuflar los vídeos de pornografía de menores como si fueran Hentai –manga y anime pornográfico de Japón–. Sin embargo, la Fiscalía ha catalogado los vídeos como "pornografía infantil real". La Policía descubrió que en Discord había distribuido cuatro archivos con un contenido "especialmente degradante y vejatorio".
Detención del acusado
La Policía española seguía los pasos de Santiago desde 2021, ya que tenía antecedentes desde aquel año por distribución de pornografía infantil. En 2022, la Unidad Central de Ciberdelincuencia descubrió que había una persona compartiendo imágenes con contenido sexual de menores por diferentes aplicaciones de mensajería. En un primer momento, no sabían quién era, hasta que descubrieron que se trataba de Santiago.
Los agentes registraron el domicilio en Madrid del acusado en diciembre de 2022, donde encontraron que además de descargar material pedófilo lo distribuía con terceros. Asimismo, se percataron de que había tenido una hija con su pareja –una joven de 23 años que comenzaba trámites para cambiar de sexo–. En el domicilio de Madrid donde ambos vivían, mantenían a su bebé en unas condiciones deplorables e insalubres: una casa llena de colillas y suciedad. La Policía identificó a Santiago como presunto distribuidor de la pornografía infantil, ya que se encontraron en el terminal analizado más de 100 vídeos y 270 imágenes en total.
Cuando la Policía comenzó a investigar en profundidad el teléfono del acusado descubrieron que también mantenía conversaciones sobre cómo violar a su bebé de pocos meses de edad. Además, entre los miles de archivos encontraron que uno de los bebés que era agredido en uno de los vídeos era su hija. Por ello, el acusado fue detenido varios meses después, en agosto de 2023.
Antecedentes del pederasta
Tras la detención, los agentes retiraron la custodia de la niña a los padres, que pasó a estar a cargo de los servicios sociales de la Comunidad de Madrid. Después de todo, Santiago no mostró ningún arrepentimiento. De hecho, durante el registro de la vivienda comentó a los agentes: "Me gustan los niños, no puedo evitarlo". Además, durante la detención, el acusado confesó que era "incurable".
Por otro lado, aunque la madre de la pequeña permanece en libertad, está siendo investigada por los hechos, ya que en su teléfono también escondía vídeos de pornografía infantil.
Santiago cuenta con un historial delictivo previo. Sus propios padres le expulsaron de casa por maltrato, mientras que llevaba en el punto de mira de la Policía por distribución de pornografía desde el año 2021.