El adolescente de Wisconsin acusado de asesinar a su madre el pasado 4 de marzo en Wisconsin —Reed Gelinskey, que cumplió 16 años el pasado sábado— ha asegurado a la policía que se inspiró en la serie ‘Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez’ de Netflix, que aborda el caso de los hermanos californianos (condenados a cadena perpetua por matar a sus padres en 1989), para cometer el crimen.
Tanto es así que, según la declaración del joven, habría planificado acabar también con la vida de su padre. Se le ocurrió —ha dicho— mientras veía la "escena de la escopeta". Sin embargo, usó otro modus operandi. Reed golpeó a su madre, Suzanne Gelinskey, con una mancuerna en la cabeza y la apuñaló un total de cinco veces (tres en el pecho y dos en el cuello) con un cuchillo de cocina.
A continuación, envió unas fotografías de la escena del crimen y su madre muerta por Snapchat a una amiga. Ella es quien alerta a las autoridades, según refleja la denuncia. Cuando los agentes se personaron en el domicilio, se encontraron a Reed saliendo de la vivienda. "Dejó caer un cuchillo de cocina marrón y plateado en la entrada de la casa", explica el informe policial.
Relato de los hechos
Durante la entrevista, Reed declaró que llegó a casa del colegio, se sintió "deprimido y con ganas de matar a sus padres". También señaló que se había estado tomando la medicación para la ansiedad de su hermano durante aproximadamente un mes y que la noche de los hechos ingirió aproximadamente 9 pastillas. Le hacen sentir "drogado" y "eso le gusta".
El joven urdió un plan para cometer ambos asesinatos. Tras la cena, ha explicado, Suzanne estaba sentada en el sofá viendo una película. Él se guardó un cuchillo en el bolsillo y la pesa en la manga de la sudadera. Después, le hizo creer que no encontraba sus pastillas para dormir. Y, cuando ella se acercó para ayudarle a encontrarlas, la atacó.
Ella intentó que se alejara propinándole varias patadas, pero Reed logró alcanzarla y apuñalarla hasta la muerte. Su madre le preguntó "por qué" y él le respondió "dolor". Su idea era matar también a su padre cuando llegara del trabajo. Buscó un martillo con tal fin pero no encontró ninguno "lo suficientemente grande", indicó a los investigadores.
El caso de los Menéndez
Lyle y Erik Menéndez acabaron brutalmente con la vida de sus padres —José y Kitty Menéndez, de 45 y 47 años— en la noche del 20 de agosto de 1989, cuando ellos tenían 21 y 18 años respectivamente. Aunque no es hasta 1996 cuando son condenados en sentencia firme por el asesinato de sus padres.
Inicialmente, nadie sospechó de los hermanos. Se creyó que los crímenes habían sido cosa de la mafia. La pareja, un famoso productor musical y una exreina de la belleza, era multimillonaria. Sin embargo, la excéntrica vida que los jóvenes llevaron desde su muerte levantó las primeras sospechas. En seis meses habían dilapidado 700.000 de los 14 millones de dólares que heredaron.
Su aparente inocencia saltó por los aires cuando Erik le confesó los crímenes a su terapeuta. Las grabaciones de las sesiones acabaron en manos de la policía y el 8 de marzo de 1990 fueron arrestados y acusados de los dos asesinatos. Durante el juicio, los justificaron alegando que eran el resultado de años de abuso sexual y psicológico. Pero fueron condenados a cadena perpetua.
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