Ángel Acebes se ha convertido quizá en el ministro del Interior que más comparecencias de prensa urgentes y con más presión ha protagonizado. Había que poner orden. Distinguir el bulo de la verdadera investigación y confirmar a la población que el Gobierno había actuado según los datos de los que disponía. Se desclasificaron documentos del Centro Nacional de Inteligencia que echaban por tierra muchas de las acusaciones. Quizá la más llamativa fue que nunca existió un terrorista suicida. Mientras, se sucedían las detenciones de posibles autores de la matanza de Madrid. En su mayoría eran marroquíes. Muchas veces delincuentes comunes, fichados por la Policía por delitos de poca monta. La ciudad madrileña de Leganés irrumpió en pocas horas en la actualidad con un episodio que ahora entra también en la larga lista de incógnitas. Seis terroristas acorralados por la Policía saltaban por los aires en un piso de esta localidad. En su muerte arrastraban también a un agente de los GEO al que días después no dejaron descansar ni siquiera en el
El diario El Mundo abrió la brecha de los "agujeros negros" con dos reportajes que revelaban la otra historia del 11-M. La necesidad de una investigación judicial y política empieza a acuciar al nuevo Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aunque el PP de la oposición no se decide a pedirlo abiertamente.