El primer policía que compareció ante el tribunal confirmó que tras la explosión del piso de Leganés aparecieron papeles sobre ETA pertenecientes a un "compañero policía" que vivía en la casa vecina a la ocupada por los supuestos suicidas. "Se le mostró y cuando dijo que era suya se le devolvió bajo mandato judicial", añadió. Nada de esto consta en el sumario. Lo había adelantado Libertad Digital hace medio año y un geo que declaró por la tarde corroboró la información. Otro explicó que no pidieron intérprete en Leganés porque un policía "nos dijo que hablaban castellano".

También fue llamativo el testimonio de la viuda de El Chino. Dejó innumerables contradicciones sobre la mesa. La más grave choca con la entrevista exclusiva del diario El País en la que llegaba a relatar frases textuales de su marido antes de morir. Dijo la mujer que reconoce a Jamal "por las manos" en el vídeo reivindicativo del 11-M y habló de ovejas en la finca de Morata pero poco después reconoció que nunca las vio. Además, ratificó que fue con su marido al cuartelillo de la Guardia Civil por la desaparición de esas ovejas. Olga Sánchez trató con exquisita amabilidad al testigo: "Esto es un poco mayor que en el juzgado, pero no pasa nada", le tranquilizó. No le reprochó, como hizo el lunes con un testigo, que se hubiera "prodigado en los medios" pese a la entrevista concedida al diario de Prisa.

Pero todas las revelaciones de la jornada quedaron eclipsadas cuando el presidente del tribunal comunicó a los abogados que el pasado 3 de abril llegó a la Audiencia Nacional una carta de Agustín Díaz de Mera en la que identificaba a la fuente que le desveló la existencia de un informe sobre los vínculos de ETA con el 11-M. Informe, apuntaba el ex director de la Policía en la misiva, que se incorporó "manipulado" al sumario.

Que sí, que no, por Luis del Pino