La sesión también dejó el testimonio de Antonio Beamonte, que relató que el 11-M cogió el metro por la mañana. Eran cerca de las nueve y media y se subió en la estación de Pavones, dirección de Herrera Oria. Durante quince minutos viajó junto a una mujer. Al día siguiente, cuando la Policía distribuyó las fotos de seis etarras como posibles autores de la masacre, la reconoció. Se trataba de Josuñe Oña. En el momento de la declaración policial, explicó, la reconoció sin ningún género de dudas aunque después ni la Policía ni el juez volvieron a citarle para que se ratificara.

La declaración de Miguel Ángel Santano aportó pocas novedades al descargar toda la responsabilidad de las actuaciones de la Policía Científica en el entonces comisario general. Ni estuvo en los trenes, ni en Canillas. Su papel en la investigación fue tan reducido, según su declaración, que incluso se enteró por la "prensa" y por "comentarios" de sus compañeros de la autoría islamista.

Dos inspectores de la Brigada Provincial de la Policía Científica de Madrid, que participaron en las labores de identificación en Ifema, también declararon pero especialmente llamativo fue el de uno de ellos. Como ya había adelantó Luis del Pino en Libertad Digital, el inspector recibió dos llamadas en la madrugada del 11-M para preguntarle por una mochila con un explosivo. En una de ellas, la persona que estaba al otro lado del teléfono, que se identificó como "su jefe del turno de noche", le preguntó si había detectado en el Pabellón una mochila con una bomba. Obviamente su respuesta fue negativa. Pero la cosa no quedó ahí y recibió una segunda llamada de un compañero, que no se identificó, quien le preguntó si les habían remitido una mochila con una bomba. "¿Pero cómo os voy a remitir una mochila con una bomba?", le contestó el testigo.

Uno de los primeros en declarar fue ha sido un agente de la Guardia Civil presente en la toma de declaración a la dueña del Toyota Corolla. A este coche le habían doblado la matrícula supuestamente para trasladar los explosivos. La propietaria había ratificado en la jornada anterior que la Benemérita la interrogó sobre Suárez Trashorras y El Chino seis días antes de los atentados y que tras el 11-M declaró dos veces ante la Policía. Al juez Del Olmo no le llegó la declaración en la que hacía referencia al ex minero y el árabe. Un día después varios testigos que tomaron esa declaración no supieron explicar por qué; tampoco aclararon los motivos por los que volvió a ser llamada a declarar.