Le siguió en su declaración el ex vigilante de Mina Conchita. Emilio Llano aseguró que si hubiera desaparecido una "cantidad importante" de explosivo de la explotación minera no se podría haber trabajado en ella. Se negó a contestar a la fiscal, que pide cinco años de cárcel para él.

Por primera vez en lo que llevamos de juicio, un acusado, Iván Granados, implicó a Suárez Trashorras al confesar que el ex minero y confidente de la Policía le ofreció "hacer un viaje" con explosivos, aunque dijo que él se negó. Granados está en libertad provisional como los otros cinco acusados que declararon en esta sesión.

Los otros dos acusados de haber participado en el transporte de explosivos desde Asturias a Madrid en autobuses de línea se consideraron engañados por Trashorras. Uno de ellos, Antonio Iván Reiss, hizo el viaje, según él, creyendo que llevaba hachís. El otro, Sergio Álvarez, dijo que pensaba que la bolsa que trasladó por encargo del ex minero contenía discos piratas porque si hubiera sabido que eran explosivos "no me hubiera sentado encima". Para los tres la Fiscalía pide 8 años de cárcel.

El último acusado en declarar fue Javier González Díaz, "El Dinamita", que afirmó que "jamás" acompañó a su amigo el ex minero José Emilio Suárez Trashorras y que nunca le oyó hablar de explosivos "ni nada de eso".

Tras esta fase comenzaron las declaraciones de los testigos. El primero en comparecer fue un mando de la Policía Nacional, en concreto de la UCIE (Unidad Central de Información Exterior). Dijo que hasta la noche del 13-M no siguieron con más interés la "pista islámica" y que sólo a partir del 3 de abril, con la explosión del piso de Leganés, se cerraron otras vías de investigación.