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El acusado del asesinato de Marta Calvo insiste en que no la mató pero sí la descuartizó

Jorge Ignacio Palma niega tener responsabilidad alguna en la muerte de las tres mujeres que fallecieron después de tener un encuentro sexual con él.

Jorge Ignacio Palma niega tener responsabilidad alguna en la muerte de las tres mujeres que fallecieron después de tener un encuentro sexual con él.
Imagen de la declaración de Jorge Ignacio Palma tomada del monitor del circuito cerrado del juicio. | EFE

La esperada confesión del autor de la desaparición del cuerpo de Marta Calvo no se ha producido. La familia de la joven tenía la esperanza de que Jorge Ignacio Palma reconociera que la mató y revelara qué hizo con su cuerpo, que sigue sin aparecer, durante su comparecencia en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Valencia. Pero, lejos de producirse, el acusado se ha mantenido en la versión que ofreció a la Guardia Civil el día en que se entregó.

El 4 de diciembre de 2019, Palma se dirigió al cuartel de Carcaixent y aseguró a los agentes que, tras una noche de fiesta con la joven, ésta amaneció muerta y él decidió descuartizar el cuerpo, que después habría metido en bolsas y repartido en distintos contenedores. Los investigadores del caso nunca creyeron esta versión. Como han declarado los médicos forenses durante el juicio, descuartizar a una persona no es fácil y siempre queda algún rastro. Los especialistas buscaron los posibles restos minuciosamente en la escena del crimen y no encontraron nada.

Palma, al que se acusa de la muerte de tres mujeres y ocho en grado de tentativa, ha negado los hechos que se le imputan. "Absolutamente no las maté", ha asegurado, "va en contra de mis principios, aunque me pinten como un monstruo". Según ha dicho, nunca tuvo intención de hacer daño, matar o causar agravio a alguno a las víctimas, tanto a las que han fallecido como a las que sobrevivieron a las grandes dosis de cocaína que introdujo en sus partes íntimas -según han asegurado ellas- sin su consentimiento.

La versión del acusado

Palma ha señalado que el encuentro con Marta Calvo -la madrugada del 7 de noviembre de 2019- se desarrolló de manera "normal". Según su versión, quedaron en la casa que él tenía alquilada en el municipio de Manuel (Valencia), mantuvieron relaciones sexuales y se durmieron. Pero cuando se despertó ella no respondía, levantó la persiana, observó un gesto "extraño" y la notó "fría". Comprobó que no tenía latido, pero no le pareció "oportuno" llamar a los servicios de emergencia. Tampoco acudir a las autoridades para explicar lo sucedido.

Se le vino "el mundo encima". Tenía tanto miedo -ha dicho- que incluso pensó en suicidarse. Estaba "muy desesperado", insiste. Pero no lo hizo. Pasaban los días y decidió entregarse. Pensó, ha relatado, que si no había quitado la vida a nadie no tenía por qué quitársela él. En ese momento de su declaración, se ha referido a la carta manuscrita que dio a la Guardia Civil el día que se entregó y que estaba fechada el 13 de noviembre de 2019. Una misiva en la que decía temer que le tomaran por "un monstruo asesino de mujeres".

Durante su declaración, que se ha prolongado durante algo más de dos horas, en las que sólo ha respondido a las preguntas del jurado y de su defensa, el acusado ha insistido en que -aunque no la mató- sí la descuartizó y tiró los restos a diferentes contenedores, de Alzira Y Silla porque allí no le conocía nadie. "El problema fue cómo ponerlos en el coche sin que se movieran de un lado a otro", ha indicado.

"Dos cosas pequeñas cabían en el asiento de delante y otra en el suelo del asiento del pasajero. Así lo organicé y me pareció viable por una cuestión de practicidad", ha relatado. Las herramientas -ha dicho- estaban "en otra bolsita", pero no ha concretado qué hizo con ellas. Aunque sí ha podido demostrar que compró sierras, bolsas y productos de limpieza. Tampoco ha reconocido responsabilidad alguna en la muerte de otras dos mujeres después de mantener un encuentro sexual con él. Arliene Ramos, ha asegurado, estaba de pie y consciente cuando se fue. A Lady Marcela ni siquiera conseguía ubicarla, ha declarado.

"Usted no sabe lo que he sufrido dos años y medio", ha afirmado a preguntas de su abogada. En varios momentos de la comparecencia, el acusado se ha presentado como una víctima, asegurando que las personas que han acudido al juicio lo han deshumanizado. Ha admitido ser consumidor habitual de cocaína y que llevaba la droga para participar de "fiestas blancas" en prostíbulos. Aunque ha asegurado que siempre haciendo de ella "un uso erótico". Ha negado haber colocado alguna vez la sustancia en los genitales de mujeres, como han asegurado la totalidad de las víctimas que han declarado en el juicio.

La carta de Palma

El día en que Palma se dirige al cuartel de la Guardia Civil, un mes después de la desaparición de Marta Calvo, hace entrega a los agentes de una carta manuscrita en la que asegura que su muerte fue "un accidente" y que reconoce que teme "que me vean como un monstruo asesino de mujeres". "Nunca me imaginé que mi vida fuera a terminar de esta forma".

"En la madrugada del 7 de noviembre contraté el servicio de una joven y me caía muy bien. Respeto y amo a las mujeres. Esa noche fuimos a mi casa y estuvimos unas cuantas horas de fiesta. Ella me dijo que no se sentía bien, que llevaba dos días de fiesta y paramos", relata la misiva. "Cuando me desperté me di cuenta de que ella había fallecido. Me dejé llevar por el pánico y no supe que hacer más que querer morir junto a ella".

"Pensé en deshacerme del cuerpo de la chica pero como no podía sacarla yo solo, pensé en comprar una sierra para cortar sus extremidades. Eso fue lo que hice y al día siguiente, en cuanto me desperté, fui y puse las bolsas en dos contenedores de Alzira y Silla", recoge el texto, en el que aprovecha para exculpar a su madre, que llegó a Valencia justo el día en que supuestamente se deshizo del cuerpo.

"Escribo esto para dejar prueba de que mi madre no tuvo nada que ver ni supo de esto tan terrible que ocurrió. Ella llegó el 8 de noviembre por la noche de Mallorca, que es donde vive, porque ese día era mi cumpleaños, y aunque me notó preocupado, nunca supo por qué", afirma. "Aunque fue un accidente temo que me tomen por un monstruo asesino de mujeres el cual no soy".

"Por eso prefiero morir y enfrentarme a la justicia divina, más no dejo de pensar en mi madre. Le pido a ella que me perdone, he sido ignorante. Espero en otra vida poder hacerla feliz, es lo más hermoso que he tenido en esta vida. Siento no habérselo demostrado", son las palabras que dirige a su progenitora. Para la de Marta Calvo, añade un escueto: "Perdón también a la madre de la chica, fue un accidente".

La madre, destrozada

Marisol Burón ha salido de la Audiencia Provincial de Valencia con el dolor de no saber dónde está su hija. La declaración de Palma no ha aportado ningún nuevo dato sobre el paradero del cadáver de Marta, desaparecida el 7 de noviembre de 2019. La madre de la joven ha lamentado entre sollozos que el acusado se haya mantenido en la versión que ofreció el día en que se entregó y que la familia pone en duda.

Burón tiene muy claro que Palma miente. Prueba de ello, ha relatado entre lágrimas a los medios que se encontraban en la puerta del juzgado, es la versión que ha ofrecido sobre lo que ocurrió cuando ella se presenta en su casa de Manuel el día después de la desaparición de Marta. Marisol sabía por dónde empezar a buscar porque en el último WhatsApp que le envió su hija incluyó la localización de la vivienda en la que había quedado con un hombre.

"¿Por qué miente? Cuando fui, le dije que era la madre de Marta Calvo, y él dice que pensó que era una madame. Todo es mentira", ha advertido Burón. Aunque insiste en que lo único que le importa es saber dónde está el cuerpo de su hija. "Es un cobarde", ha afirmado en relación a su declaración y a las supuestas ideas suicidas que dice haber tenido desde que Marta muere hasta que se entrega a la Guardia Civil.

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