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Dos meses sin noticias de Ester: su familia teme que su expareja la tenga retenida

Sus padres sospechan que volvió con "un hombre que la maltrataba" y que éste no le permite ponerse en contacto con ellos. Pero hay otras hipótesis.

Sus padres sospechan que volvió con "un hombre que la maltrataba" y que éste no le permite ponerse en contacto con ellos. Pero hay otras hipótesis.
Ester estuvo en un centro de acogida para mujeres maltratadas hasta enero de 2023. | SOS DESAPARECIDOS

María Ester Estepa Pérez desapareció el 23 de agosto de 2023 en Alicante. El día antes habló con su madre -como era costumbre- por última vez. Su familia vive en un pueblo de Sevilla y el contacto telefónico era diario desde que se independizó, hace alrededor de diez años. Desde entonces, ha vivido en varias ciudades de la Comunidad Valenciana: Elche, Alicante, Santa Pola y vuelta a Alicante. No pasaba por una buena racha y se estaba planteando volver al domicilio familiar.

"Yo hablaba con ella diariamente, donde se moviera", asegura María Josefa Pérez en declaraciones a Libertad Digital. No puede evitar estar "muy preocupada". Su hija -que ahora tiene 42 años- "nunca" había hecho algo así. La mujer sólo recuerda una época en la que Ester estuvo más despegada y hablaban con menos frecuencia por teléfono: los meses en los que mantuvo una relación con un hombre que después supieron que la maltrataba.

Ese es uno de sus miedos, que haya podido volver con él. Un varón que conoció en 2022, cuando vivía en Santa Pola. Le alquiló una habitación de su vivienda y terminaron siendo pareja. La felicidad duró poco. "Él la maltrataba, la Guardia Civil actuó de oficio" y ella acabó en un centro de acogida, donde permaneció hasta enero del presente año. Inicialmente se fue a vivir a Alicante, pero en julio se marchó a Tarragona. No sabía muy bien qué hacer.

Ester estaba en pleno proceso de recomponer su vida. "Me dijo que se iba a venir para acá -para Sevilla- porque estaba harta de dar vueltas, y que se iba a venir", relata su madre, "pero por la tarde me dijo: mamá, me voy a quedar". Así que de la ciudad catalana se volvió a Alicante e ingresó en un albergue municipal, donde estuvo hasta su desaparición (les ha confirmado el centro). Ese mismo día, el 23 de agosto, envió unos mensajes de WhatsApp "rarísimos" a su madre.

Mensajes extraños

"Me voy a Argentina con dos chicas, porque allí voy a hacer una vida mejor. Ya estoy cansada", le puso. "Era muy raro que ella me estuviera escribiendo eso y yo le decía: no me lo escribas, mándame audios", explica. María Josefa tiene la intuición de que esos mensajes no los mandó ella, o lo hizo inducida por otra persona. "No parecían escritos por ella", asegura. "A continuación yo llamaba a su móvil y estaba apagado. Pero los mensajes seguían, sin contestarme a lo que yo le estaba preguntando".

A día de hoy, su teléfono sigue fuera de servicio. En uno de los mensajes, Ester -supuestamente- le comentó que iba a vender el terminal, que no se preocupara y que ella se pondría en contacto. Cabría pensar que la mujer efectivamente decidió marcharse a Argentina y estar un tiempo sin dar señales de vida. Pero ante la imposibilidad de contactar con ella y la sospecha de que pudiera estar retenida por su expareja, sus padres decidieron poner la denuncia por su desaparición.

No está en Argentina

"Fue lo primero que se me vino a la cabeza: se ha ido otra vez con él. Ya el verano anterior, que estuvo aquí con nosotros, cuando se fue para allá volvió con el chico este, que fue cuando tuvo el percance más gordo", explica. De momento, la policía no ha logrado localizar a Ester. Sólo saben dos cosas: que no ha entrado en Argentina y que estuvo en un centro de salud de Gandía en los días próximos a su desaparición (un testigo dice que la dejó allí el 21 de agosto), aquejada de dolor de piernas. "La policía cree que no ha salido de España".

"Estamos destrozados", nos dice María Josefa. "Es la primera vez que no tenemos noticias de mi hija en todos los años que lleva fuera", añade. "Ella tenía problemillas, con lo del trabajo estaba muy desengañada, decía que con la hostelería no quería seguir", reconoce su madre. Sabe que cabe la posibilidad de que Ester se haya marchado voluntariamente. Pero tanto ella como su marido necesitan tener la certeza de que está bien. "Ojalá, ojalá fuera eso: que ella no quiera estar en contacto en estos momentos. Esa noticia sería la buena".

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