En su testimonio, describe la zona afectada como una "trampa mortal" y recuerda cómo estuvo a punto de quedar atrapado entre la fuerte corriente al intentar salvar su coche. Fue gracias a un vecino, que lo ayudó a subir a la terraza de un edificio, que pudo resguardarse del agua y ponerse a salvo.
"El agua no era solo barro, estaba llena de contaminantes y arrastraba objetos que hacían aún más peligroso el avance de la corriente", relató Pedro, quien señaló el riesgo que enfrentaron muchos vecinos durante el temporal. Según su testimonio, en las horas críticas las calles se convirtieron en un torrente incontrolable, con escombros y residuos que aumentaban la inseguridad en las zonas más afectadas.
Pedro también destacó la intervención del ejército como esencial en el proceso de limpieza y restauración de la comunidad. Según explicó, gracias a la labor de los efectivos militares, se ha logrado despejar las calles, además de limpiar los locales y las viviendas afectadas, permitiendo a los habitantes empezar a recuperar la normalidad tras el desastre.