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La economía española mantiene su aceleración y crece un 2,4 por ciento en el tercer trimestre

El Producto Interior Bruto creció en el tercer trimestre de año el 2,4% respecto al mismo periodo de 2002, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Esta tasa es una décima superior a la registrada en el trimestre precedente que se estableció en el 2,3%. Esto demuestra, según el INE, que la economía española "continúa el perfil de suave aceleración" iniciado a finales del pasado año.

L D (EFE) El aumento del PIB del 2,4 por ciento entre julio y septiembre fue resultado de la mejora de la evolución de la demanda interna, que aportó 3,5 puntos al crecimiento, tres décimas más que en el trimestre anterior, y de la mayor aportación negativa de la demanda externa que restó 1,1 puntos, frente a los 0,9 del periodo anterior.

El INE explica que la mejora de la demanda interna se basa, fundamentalmente, en el consumo final de los hogares, que creció el 3,2 por ciento, dos décimas más que el trimestre precedente, mientras que el empeoramiento de la demanda externa es consecuencia de la "notable desaceleración" de las exportaciones. Añade que la mejor evolución de la demanda interna estuvo condicionada por el "especial" clima del pasado verano que elevó "notablemente" el gasto de los hogares en energía para la climatización, agua embotellada, refrescos y helados, al tiempo que el consumo de las Administraciones Públicas desaceleró una décima su crecimiento hasta el 3,6 por ciento.

La formación bruta de capital fijo se desaceleró tres décimas hasta el 3,1 por ciento, debido a la "notable pérdida de impulso" de los bienes de equipo, que crecieron el 1,5 por ciento frente al 3,1 por ciento del trimestre anterior, evolución que compensó parcialmente la inversión en construcción que "siguió manteniendo un vigoroso" crecimiento del 3,9 por ciento, una décima más.

En el tercer trimestre, las exportaciones frenaron su avance desde el 8 hasta el 2,5 por ciento, a causa del "débil pulso" de la demanda de los socios comunitarios, al tiempo que las importaciones desaceleraron su crecimiento hasta el 5,7 por ciento, desde el 10,2 por ciento de un trimestre antes. Así, el resultado estos dos variables fue una contribución más negativa de la demanda externa neta el crecimiento del PIB.

Desde la óptica de la oferta, las ramas agrarias y pesqueras aceleraron su crecimiento hasta el 1,8 por ciento, desde el 0,2 por ciento de tres meses antes, por la mejor cosecha de los cultivos de verano. Asimismo, la construcción y las ramas de los servicios se aceleraron hasta el 4 y el 2,3 por ciento, respectivamente, una y cuatro décimas más que en el trimestre precedente, mientras que la energética lo hizo catorce décimas hasta el 3,6 por ciento. Por el contrario, las industriales atenuaron su avance "mostrando los efectos de la situación económica internacional" y crecieron el uno por ciento, un punto menos que entre abril y junio.

El empleo ocupado, medido en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, aumentó el 1,9 por ciento, lo que equivale a 293.000 empleos netos nuevos y refleja, según el INE, "la continuidad del dinamismo" del empleo en la construcción y los servicios de mercado y el mantenimiento del tono contractivo de las ramas industriales y agrarias. En términos de puestos de trabajo asalariados, el crecimiento fue de una décima y alcanzó el 2,4 por ciento.

En el tercer trimestre el aumento de la productividad del factor trabajo se situó en el 0,5 por ciento, una décima menos. La remuneración por asalariado se desaceleró una décima y se estableció en el 6,2 por ciento a consecuencia del menor ritmo de avance de la remuneración media por asalariado, que se redujo dos décimas hasta el 3,7 por ciento. A su vez, el crecimiento del coste laboral unitario por producto se situó en el 3,2 por ciento, una décima menos que en el trimestre precedente.

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