L D (EFE) Nedved, que llegó a Turín con el difícil reto de sustituir al francés Zinedine Zidane tras la marcha de éste al Real Madrid, ha logrado que los aficionados olviden al francés y a base de esfuerzo se ha convertido en una pieza clave del Juventus.
La rubia melena de Nedved es ya un referente del Calcio. Apodado por la prensa italiana como el monje guerrero por su apego a la vida hogareña, este checo de 31 años no ha parado de crecer desde que llegó a Italia. Cada partido es un reto para él. Su enorme despliegue de fuerza y su carácter ganador le han convertido en el símbolo de la Juventus, con el aval del liderazgo de la selección checa, invicta en los últimos 19 partidos y una de las favoritas para la próxima Eurocopa de Portugal 2004.
Su incansable trabajo en el centro del campo ha contribuido a que los aficionados de Turín dejen de añorar a Zizou, elegido mejor jugador de 2003 por FIFA hace una semana, y a que su equipo ganara el año pasado la Liga y la Supercopa de Italia, además de llegar a la final de la Liga de Campeones. Precisamente esa final, en la que el Milán derrotó a la Juve, es el principal borrón del checo, ya que no pudo jugar en el estadio de Old Trafford al estar sancionado por acumulación de amonestaciones. El checo vio la segunda amarilla en una acción innecesaria sobre Steve McManaman en el minuto 82 del partido de vuelta de semifinales contra el Real Madrid, cuando su equipo ya tenía segura su presencia en la final.
Aficionado al tenis y al hockey sobre hielo, Nedved, que ha participado en un anuncio para promover el esquí en Italia, llegó a la Juventus procedente del Lazio (1996-97 a 2000-01) y se comprometió con el equipo de Turín hasta el final de 2006. Una Liga, una Supercopa de Europa, una Recopa y dos Copas de Italia son los títulos que obtuvo en su periplo romano, antes de mudarse a Turín, donde lleva dos scudettos y dos Supercopas de Italia.
Comenzó su carrera en el Dukla Praga en el que actuó durante una temporada (91-92), antes de dar el salto al Slavia de Praga, en el que militó durante tres temporadas (1992-96) y donde obtuvo el pasaporte para dar el salto a la liga italiana. En su país fue campeón de tres ligas -la primera de ellas antes de la separación entre la República Checa y Eslovaquia- y también obtuvo una Copa de la República Checa en su último año en la plantilla del Slavia.
La rubia melena de Nedved es ya un referente del Calcio. Apodado por la prensa italiana como el monje guerrero por su apego a la vida hogareña, este checo de 31 años no ha parado de crecer desde que llegó a Italia. Cada partido es un reto para él. Su enorme despliegue de fuerza y su carácter ganador le han convertido en el símbolo de la Juventus, con el aval del liderazgo de la selección checa, invicta en los últimos 19 partidos y una de las favoritas para la próxima Eurocopa de Portugal 2004.
Su incansable trabajo en el centro del campo ha contribuido a que los aficionados de Turín dejen de añorar a Zizou, elegido mejor jugador de 2003 por FIFA hace una semana, y a que su equipo ganara el año pasado la Liga y la Supercopa de Italia, además de llegar a la final de la Liga de Campeones. Precisamente esa final, en la que el Milán derrotó a la Juve, es el principal borrón del checo, ya que no pudo jugar en el estadio de Old Trafford al estar sancionado por acumulación de amonestaciones. El checo vio la segunda amarilla en una acción innecesaria sobre Steve McManaman en el minuto 82 del partido de vuelta de semifinales contra el Real Madrid, cuando su equipo ya tenía segura su presencia en la final.
Aficionado al tenis y al hockey sobre hielo, Nedved, que ha participado en un anuncio para promover el esquí en Italia, llegó a la Juventus procedente del Lazio (1996-97 a 2000-01) y se comprometió con el equipo de Turín hasta el final de 2006. Una Liga, una Supercopa de Europa, una Recopa y dos Copas de Italia son los títulos que obtuvo en su periplo romano, antes de mudarse a Turín, donde lleva dos scudettos y dos Supercopas de Italia.
Comenzó su carrera en el Dukla Praga en el que actuó durante una temporada (91-92), antes de dar el salto al Slavia de Praga, en el que militó durante tres temporadas (1992-96) y donde obtuvo el pasaporte para dar el salto a la liga italiana. En su país fue campeón de tres ligas -la primera de ellas antes de la separación entre la República Checa y Eslovaquia- y también obtuvo una Copa de la República Checa en su último año en la plantilla del Slavia.
Padre de dos hijos -Pavel e Ivana-, Nedved, nació en Cheb el 30 de agosto de 1972 y desde ahora comparte el honor de su compatriota Masopust, primer checo que ganó este premio en 1962 por delante del portugués Eusebio. Hace unos días Nedved, que ha recibido el apoyo de la prensa italiana durante los últimos meses para obtener este premio, asistió hace un par de días al lanzamiento de su biografía, "Pavel Nedved. El León de Praga", escrita por el periodista italiano Bruno Bernardi.