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El PIB español se estanca y crece un 2,6 por ciento en el tercer trimestre

El Producto Interior Bruto creció el 2,6 por ciento en el tercer trimestre respecto al mismo periodo del año anterior, tasa idéntica a la del periodo previo, según el último informe de coyuntura del Banco de España. El último trimestre del Gobierno Aznar el PIB avanzó un 2,7 por ciento y el Ejecutivo actual mantiene su previsión de crecimiento para 2004 en el 2,8 por ciento. A pesar de todo, Solbes insiste en que estos datos confirman la buena marcha de la economía.

L D (EFE) La economía española mantiene un ritmo de avance sostenido, según el Banco de España, sin cambios sustanciales en sus factores determinantes, ya que la demanda nacional sigue impulsando el crecimiento -con un avance en torno al 3,9 por ciento-, mientras la contribución del sector exterior continúa siendo muy negativa -alrededor de 1,5 puntos-.

El informe alude a la creciente penetración de productos extranjeros en el mercado nacional, a un ritmo muy superior al de los productos españoles en otros mercados, y a las dificultades del sector turístico, que alertan, a su juicio, de los "problemas de competitividad que podrían estar gestándose" y que podrían llegar a limitar la convergencia real con la zona euro, reseña.
 
Se mantiene el elevado dinamismo del empleo, concentrado en los servicios y la construcción, aunque se amortigua la caída en la industria, añade el informe. La entidad confía en que esta evolución del mercado laboral se consolide los próximos meses, sin detrimento, subraya, de las ganancias de productividad, que deberían responder al avance de la inversión y la eficiencia y no a la destrucción de puestos de trabajo, como en los últimos años.
 
Dado que al bajo crecimiento de la productividad se unen incrementos salariales relativamente elevados, señala el Banco de España, sigue aumentando el diferencial de costes laborales con el área euro, lo que podría terminar dañando la competitividad, sobre todo si las cláusulas de salvaguarda facilitan el traslado de los aumentos en los precios energéticos a los salarios. Otra muestra de los "problemas de competitividad que podrían estar gestándose" y que podrían llegar a limitar la convergencia real con la zona euro es, según el informe, la creciente penetración de productos extranjeros en el mercado nacional, a un ritmo muy superior al de los productos españoles en otros mercados, y a las dificultades del sector turístico.

En cuanto al sector exterior, el Banco de España detecta una modesta recuperación de las ventas a la UE, aunque las extracomunitarias siguen siendo las más dinámicas, y reseña que las importaciones continúan aumentando a tasas muy elevadas, especialmente la compra de bienes de equipo. Ve "síntomas de mejora" en el sector turístico, después de los pobres resultados a lo largo del año, derivados de las presiones competitivas en un sector muy sensible a las variaciones de precios.
 
Dentro de la demanda interna, el informe destaca la recuperación de la inversión en equipo, impulsada por las mejores expectativas del entorno internacional y las favorables condiciones financieras, y la firmeza del consumo privado, apoyado en la expansión de la renta disponible de las familias.

Respecto a la inversión, subraya que el componente de equipo ha pasado a ser el más dinámico de la demanda, aunque se mantiene el tono expansivo de la construcción, con un ritmo similar al primer semestre del año. Recuerda que la expansión de la construcción en los últimos trimestres se ha sustentado en la edificación de viviendas y, a la vista de los visados de obra, vaticina una ligera moderación de la inversión residencial el año que viene.
 
En cuanto al consumo de las familias, explica que el avance de su renta está respaldado por el continuo crecimiento del empleo y la aportación de las Administraciones Públicas, y añade que su riqueza sigue aumentando, como resultado de la revalorización del patrimonio inmobiliario, gracias al encarecimiento de la vivienda y pese a la peor evolución de las bolsas.

El informe analiza el impacto que la cotización del crudo puede tener sobre la coyuntura mundial y, así, advierte de que la persistencia de precios considerablemente elevados en un horizonte de medio plazo podría terminar afectando a las expectativas de consumidores y empresas y limitar el crecimiento mundial en 2005. Aunque vaticina que la cotización tenderá a moderarse conforme remitan algunos de los "factores desestabilizadores" -tensión en Oriente Medio, problemas sociales y laborales en países productores y catástrofes naturales, entre otros-, admite que "el horizonte no acaba de despejarse", por lo que espera que los precios sigan elevados a medio plazo.

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