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Intersexuales: el problema de la ambigüedad sexual

Quo habla este mes de la medicina alternativa, de Twitter y de un tema que saltó a la actualidad con el caso de la atleta sudafricana Semenya: la intersexualidad. Variaciones hormonales y genéticas pueden hacer imposible determinar en el nacimiento la identidad sexual.

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Quo habla este mes de la medicina alternativa, de Twitter y de un tema que saltó a la actualidad con el caso de la atleta sudafricana Semenya: la intersexualidad. Variaciones hormonales y genéticas pueden hacer imposible determinar en el nacimiento la identidad sexual.

Según explica la revista Quo en un reportaje del número de noviembre, actualmente se producen anomalías sexuales en uno de cada 4.500 nacimientos y estaría afectado por ellas un 1,7 por ciento de la población. La comunidad científica ha optado por denominar estas diferencias, de forma genérica, “anomalías de la diferenciación sexual”.

Existen 27 anomalías de este tipo que llegan a producir ambigüedad genital, es decir, en el momento del nacimiento, es imposible determinar si el bebé es un varón o una niña. Hay casos en que presentan órganos sexuales muy poco desarrollados, ausencia de los órganos sexuales internos, etc.

Las anomalías pueden producirse en el momento mismo de la concepción, con variaciones genéticas del tipo X, XXY o mezcla de XY (masculino) y XX (femenino). Por otro lado, alrededor de la semana sexta de la gestación comienza la actuación de las hormonas para la formación de los órganos sexuales: si no se comportan de la forma adecuada al sexo genético del bebé, se pueden formar anomalías genitales. Un ejemplo es el síndrome de insensibilidad completa a los andrógenos: bebés con gen XY que desarrollan, en cambio, genitales externos de niña. El desarrollo, sin embargo, no alcanza a los internos, por lo que son estériles.

Aunque antes el sexo del bebé se decidía prácticamente en el momento del parto, en el quirófano, hoy hay voces que piden que se espere al menos al tercer año de vida para las intervenciones quirúrgicas. Es en ese momento cuando la persona muestra su identidad sexual. Otros apuestan por esperar aún más, hasta la madurez: sería entonces la persona misma quien decidiría su sexo, impidiéndose así problemas de identidad sexual en la adolescencia. El caso de la atleta Semenya, aireado en la prensa de medio mundo, no es el único. Quo también repasa en su reportaje algunos de estos casos, también entre atletas, y testimonios de intersexuales que abogan por erradicar la cirugía de los genitales.

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