El Gobierno reanuda ahora la cooperación humanitaria con Honduras

La cooperación con Honduras quedó en suspenso en protesta por los sucesos que expulsaron del poder al ahora ex presidente Manuel Zelaya el pasado 28 de junio, que dio paso a un gobierno encabezado por Roberto Micheletti.

La decisión del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de normalizar el diálogo político con el nuevo presidente, Porfirio Lobo, quien tomó posesión el pasado 27 de enero, ha llevado a restablecer los programas humanitarios, una vez que la UE ha dado su beneplácito, según las fuentes.

Un directivo de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional tiene previsto desplazarse a Honduras en los próximos días para formalizar la reanudación de los proyectos que había en marcha. Honduras era de los países prioritarios para España en este campo dentro de la región de Centroamérica.

La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) cuenta con una oficina técnica en Tegucigalpa desde 2002. Los programas realizados en los últimos años han estado dirigidos principalmente a fortalecer las instituciones del país, apoyar el sistema judicial y promover la igualdad de género.

El secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia, estuvo en Tegucigalpa el pasado martes para reunirse con Lobo y sentar las bases de una nueva relación.

Acordaron que Honduras se reincorpore a las negociaciones para la firma de un acuerdo entre la UE y Centroamérica en la cumbre prevista en Madrid en mayo en el marco de la presidencia española de turno.

Laiglesia invitó además a Lobo a participar en la cumbre UE-América Latina que tendrá lugar una semana después de la de Centroamérica en la capital española.

La colaboración que el Gobierno mantiene suspendida sin fecha es la militar, al no compartir que el actual ministro de Defensa, Adolfo Sevilla, haya mantenido su cargo después de aceptar el golpe que derrocó a Zelaya.

España y Honduras han llevado a cabo varios programas en común en materia de defensa en los últimos años.

El último de ellos, firmado el pasado mes de marzo, estableció que medio centenar de soldados hondureños se incorporaran al contingente español desplegado en el Líbano en la misión de la ONU después de una etapa de entrenamiento en España.

Un mes después de la destitución de Zelaya, los militares hondureños regresaron a Tegucigalpa a petición del Gobierno español.

Además de la cooperación militar, España mantiene la prohibición de entrada al país a diez representantes de instituciones y del Ejecutivo hondureño a los que impuso este veto por el derrocacamiento de Zelaya, entre ellos, el propio ministro de Defensa.