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La Audiencia Nacional absuelve al etarra Olarra Guridi del asesinato de Tomás y Valiente

La Audiencia Nacional ha absuelto "por falta de pruebas" al dirigente de ETA Juan Antonio Olarra Guridi de su participación en el asesinato del ex presidente del Constitucional Francisco Tomás y Valiente, que se produjo en su despacho el 14 de febrero de 1996.

La Audiencia Nacional ha absuelto "por falta de pruebas" al dirigente de ETA Juan Antonio Olarra Guridi de su participación en el asesinato del ex presidente del Constitucional Francisco Tomás y Valiente, que se produjo en su despacho el 14 de febrero de 1996.

LD (Agencias) Durante el juicio, que se celebró el pasado 30 de enero, la Fiscalía pidió 66 años de prisión por los delitos de atentado con resultado de muerte, estragos terroristas, cuatro lesiones y sustitución de placa de matrícula. Le acusaba de conducir el coche en el que huyó Jon Bienzobas, autor material de los disparos, y de hacerlo estallar en un descampado próximo al lugar de los hechos, lo que causó heridas a cuatro personas.

Pese a ello, la sentencia, dictada este miércoles por la Sección Tercera de la Sala de lo Penal, considera que "no consta acreditado que el Ford Orion rojo que se hizo explosionar en el solar de la calle de la Isla de Java fuese empleado por Jon Bienzobas para huir de la universidad". "Al contrario, existen datos en el procedimiento que permiten inferir que huyó obligando a un conductor a llevarle a punta de pistola hasta las inmediaciones de la Bolsa", dice el tribunal.

Fue el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón quien amplió en agosto del año pasado las causas existentes contra Olarra Guridi, al imputarle labores de apoyo para el asesinato del que fuera presidente del TC, Francisco Tomás y Valiente.

Según recoge Europa Press, los magistrados dicen que "no existen pruebas" que relacionen a Olarra Guridi con el asesinato de Tomás y Valiente ni datos de que "interviniese o colabarese con dicho asesinato más allá de su colaboración con la búsqueda de información general de objetivos posibles como integrante del grupo Madrid de ETA".

"Esta colaboración genérica apta para su condena como integrante de de organización terrorista, delito por el que ya se encuentra condenado, no es bastante para en base a ella imputarle su participación en un concreto atentado o acción criminal perpretada por alguno o algunos de sus miembros", destacan.

La sentencia, de la que ha sido ponente la juez Clara Bayarri, pone de relieve que "ni uno solo de los testigos" que comparecieron en el juicio vio que Bienzobas cometiera el atentado "acompañado por otro individuo", sino que todos ellos coincidieron en que éste "iba solo".

De la misma forma, nadie vio que el autor material del asesinato llegara al campus universitario a bordo de un vehículo ni que por la zona transitara un coche rojo similar al explosionado. Según estos testimonios, el único vehículo que vieron circular por las inmediaciones de la facultad era uno "blanco, grande y conducido por un joven de pelo moreno y largo".

En relación con la explosión, el tribunal señala que el único vínculo que relaciona este hecho con Olarra Guridi es que "fue él quien obtuvo o al menos suministró al grupo Madrid los datos respecto al modelo, marca y color a los que correspondía la matrícula falsa utilizada para dar cobertura" a este vehículo.

No obstante, no considera acreditado que el acusado fuese el autor de las anotaciones manuscritas sobre el vehículo que fueron localizadas en el piso de la calle Doctor Fleming que el grupo Madrid de ETA utilizaba en esa época. "Falta la prueba que acredite que fue él precisamente quien hizo uso de tal información o en su caso de que colaboró de forma específica en la preparación de los explosivos o en la colocación del coche", precisa la resolución judicial.

Según los jueces de la Audiencia Nacional, imputar a Olarra Guridi la colocación del coche bomba en el descampado "equivaldría a inferir que la totalidad de las personas" que ocupaban el piso son responsables de la sustracción del vehículo, la sustitución de las placas de matrícula, la colocación de los explosivos y su posterior detonación.

Tomás y Valiente fue asesinado a tiros en su despacho de la Universidad Autónoma de Madrid el 14 de febrero de 1996 por el etarra Jon Bienzobas, condenado ya por estos hechos a 30 años de cárcel.

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