El madrileño replicaba con ironía al número uno mundial, que el martes aseguró que espera que el cambio de dirigente traiga serenidad al tenis español. "Posiblemente tenga hasta razón. Yo vine después de veinte años de tranquilidad y yo he levantado las alfombras, eso no tiene que ver con los errores", comentaba.
Por otra parte, asegura que "respeta" las opiniones de Nadal, al igual que las de Fernando Verdasco, un tenista más cercano a él. "A mí no me derrumban los comentarios. Me mantengo firme frente a quien lo diga, no es con Rafa, pero si he tenido que decir algo a Lissavetzky o a Blanco se lo he dicho. Puedo equivocarme, pero mi amor, rectitud y generosidad me permite ser fuerte y no me da miedo que alguien muy mediático diga algo contra mí", explica.
Por último, reitera el orgullo que sintió al ver a Verdasco ganar para España el punto definitivo en la pasada Copa Davis. "Fue otra satisfacción ganar la Copa Davis, que no he jugado y no me apunto nada, pero ha sido soñar. Nadie lo preveía, ganar en Argentina, sin nuestro número uno, y que el último punto lo gane un chaval al que he apoyado desde los 10 años. Es maravilloso. Eso no tiene parangón, pero en esos momentos me acordé de los que no estaban, de Rafa y de Nico Almagro . Ésa es mi forma de ser".