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Mini Cooper S: juguetón, ágil y divertido

Entre la gama actual del Mini se encuentra el Cooper S, una versión muy exclusiva que posee una serie de detalles que aumentan la deportividad de su aspecto. Asimismo monta un propulsor de 175 caballos que le permite desarrollar grandes prestaciones.

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Entre la gama actual del Mini se encuentra el Cooper S, una versión muy exclusiva que posee una serie de detalles que aumentan la deportividad de su aspecto. Asimismo monta un propulsor de 175 caballos que le permite desarrollar grandes prestaciones.
L D (Supermotor/ Jorge Cocero) Desde que el grupo BMW decidiera relanzar el mítico Mini allá por el año 2001, rápidamente supo hacerse un hueco en el mercado y consiguió cautivar a un sector de clientes que buscaban un coche diferente, exclusivo y con un cierto toque retro, que es algo que está muy de moda últimamente.

Pero su éxito no solo residía en su apariencia sino que unas mecánicas potentes y eficientes unidas a un comportamiento juguetón y divertido, pusieron el resto.

Años más tarde, en 2007, llegó la segunda generación del Mini con un tamaño ligeramente superior, unos cambios mínimos en su estética exterior y ciertos retoques en la configuración de su interior.

Una de las primeras versiones de esta segunda generación que llegaron a los concesionarios es la versión deportiva Cooper S, que inexplicablemente llegó antes incluso que el One, la versión más básica.

La unidad que hemos probado es el Mini Cooper S. Estéticamente se distingue del resto de la gama por contar en la zona delantera con una llamativa entrada de aire en el capó y un parachoques sobredimensionado que incluye una rejilla de mayor tamaño que en el resto de versiones.

Al contemplarlo de perfil también se aprecian una serie de detalles que acentúan el lado más salvaje de este Mini y que se encuentran en las llantas de 17 pulgadas, la carrocería rebajada, el tapón de la gasolina cromado y en las pequeñas aletas laterales cromadas que incluyen el distintivo 'S' que diferencia a esta versión del Mini Cooper.

La zaga no podía ser menos y, por eso, incluye también una serie de elementos deportivos que se encuentran en el alerón que se ha situado sobre el portón del maletero, la superficie cromada por encima de la matrícula, el parachoques sobredimensionado con un difusor negro y el gran tubo de escape central con dos salidas cromadas muy llamativas.

Con esta apariencia, la exclusividad innata de cualquier Mini adquiere un carácter más salvaje y cautivador que le lleva a convertirse en un vehículo acaparador de miradas.

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