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El objetivo del Santander para 2009 es mantener el beneficio y el dividendo

El presidente del Santander, Emilio Botín, anunció este viernes que el objetivo del banco para el ejercicio 2009 es mantener el beneficio neto ordinario que el grupo obtuvo el año pasado, de 8.876 millones de euros, y el importe destinado a retribuir a los accionistas en 2008, de 4.812 millones.

El presidente del Santander, Emilio Botín, anunció este viernes que el objetivo del banco para el ejercicio 2009 es mantener el beneficio neto ordinario que el grupo obtuvo el año pasado, de 8.876 millones de euros, y el importe destinado a retribuir a los accionistas en 2008, de 4.812 millones.

LD (Europa Press) Durante su intervención en la junta general de accionistas del banco, Botín mostró su "completa confianza" en el futuro del Santander, a pesar de que el presente ejercicio se presenta "todavía más difícil que el año anterior".

Botín sostuvo que el Santander está saliendo "claramente fortalecido de la crisis", y trasladó a los asistentes a la junta de accionistas las "impresiones muy positivas" del consejo de administración sobre la evolución de los resultados del segundo trimestre.

Advirtió de que el primer banco español no necesita "en absoluto" de nuevas adquisiciones para aumentar sus resultados. "Hemos sido capaces de seguir construyendo una base diversificada de negocio que nos ofrece amplias posibilidades de crecimiento futuro", aseveró.

El modelo de banca del Santander está siendo un "claro ganador" en la crisis financiera gracias a la fortaleza de balance, porque la entidad siempre ha dado una gran importancia al capital y a las provisiones, que permiten resistir en tiempos difíciles y dar solidez a la entidad, consideró Botín.

Provisiones y capital

En este sentido, Botín destacó que el banco cuenta con un colchón de provisiones genéricas de 6.000 millones de euros que "dan un amplio margen para los próximos dos años" y garantizan los resultados y la base de capital. El banco está siendo "muy prudente" a la hora de reconocer riesgos y provisiones, apuntó el presidente.

A pesar de este esfuerzo, que se concreta en unas provisiones anualizadas en el primer trimestre de 10.000 millones de euros, los resultados del banco lo mantienen "entre los primeros del mundo por beneficios".

"Disponemos de una base de capital que sostiene crecimientos orgánicos del negocio y la posibilidad de mantener, en el futuro y cualquiera que sean las circunstancias, la política del banco de pago de dividendos en efectivo", aseveró el presidente, tras recordar que tras la ampliación de capital realizada a finales de 2008, el grupo es "uno de los bancos mejor capitalizados del mundo", con un capital base (core capital) del 7,30.

El Banco de España debe intervenir "sin interferencias"

Por otro lado, Botín consideró que si fuera necesario intervenir alguna entidad financiera como consecuencia de la crisis "el Banco de España debe tener plena capacidad de actuar sin interferencias políticas".

En su discurso explicó que estas posibles intervenciones, en caso de producirse, deben hacerse "con sentido de anticipación, caso por caso y con el correspondiente plan de reestructuración de la entidad que lo necesite", medidas que deben ser promovidas y tuteladas por el Banco de España.

 Emilio Botín señaló que "muy probablemente hayamos visto ya lo peor de la crisis financiera", a la luz de la mejora sustancial de la liquidez en los mercados interbancarios, la recapitalización de las entidades y los menores diferenciales de riesgo, al tiempo que atisbó una "frágil" mejora en España.

Durante la junta general de accionistas, Botín sostuvo que estos datos positivos ya han sido recogidos en la cotización de los títulos bancarios, que han experimentado una considerable apreciación en los últimos meses. Asimismo, indicó que en España hay algunos indicadores que apuntan a una cierta mejoría, aún sin consolidar.

Reformas estructurales  

Para que la economía española pueda sumarse de forma plena al próximo ciclo de recuperación internacional es "fundamental" acometer "todas las reformas necesarias" para reforzar la competitividad y capacidad de crecimiento, consideró el presidente del primer banco español.

Botín subrayó que los últimos doce meses han sido un periodo "extremadamente difícil" para la economía y el sistema financiero internacional, y que todos los análisis señalan que hay que remontarse a la gran depresión de los años 30 para encontrar una crisis de semejante magnitud que ha sumido en recesión de forma simultánea a casi todas las economías internacionales.

Sin embargo, valoró que la economía mundial presenta un "mejor tono" desde la primavera, especialmente en Estados Unidos y en algunas economías de Asia y Latinoamérica, lo que pone de manifiesto que las medidas de política monetaria y fiscal adoptadas por las diferentes autoridades internacionales "están teniendo los efectos esperados".

La economía europea, más retrasada

Con algo más de retraso, la economía europea también se beneficiará de un entorno más favorable y del cambio de tendencia que muestran los mercados financieros internacionales, pronosticó el presidente del Santander. "En el caso de España, algunos indicadores apuntan a una cierta mejora, que todavía es frágil", advirtió.

El origen de todos los problemas ha sido una insuficiente atención a los riesgos, dijo Botín, para quien, no obstante, "las modificaciones en la regulación no podrán garantizar por sí solas el cumplimiento de los principios que deben seguirse en la banca, y la disciplina de mercado debe seguir desempeñando un papel fundamental".

Así, Botín defiende que la banca se centre en la relación bancaria directa con los clientes, en desarrollar la actividad con una visión a medio y largo plazo y en respetar la independencia entre áreas de negocio y de riesgos, además de involucrar muy directamente al consejo de administración en el control del riesgo.

Botín apostó asimismo por reforzar a escala internacional los sistemas de supervisión bancaria, recogiendo las prácticas que la crisis ha demostrado eficaces, y por promover "decididamente" una mayor y mejor coordinación de los supervisores bancarios, objetivo para el que no ve necesario un supervisor único europeo.

Esta solución "puede crear una lejanía poco aconsejable entre supervisor y supervisado", dijo Botín, convencido de que "la actuación de los grandes bancos internacionales a nivel global no debe suponer un riesgo sistémico, siempre y cuando estén sujetos a los supervisores de cada uno de los países donde tienen presencia".

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