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"WORLD MAGNETIC TOUR"

Metallica rejuvenece en el Palacio de los Deportes con una actuación soberbia

El concierto de Metallica para presentar su nuevo disco en el Palacio de los Deportes madrileño no decepcionó a nadie. El "Word Magnetic Tour" sigue su curso y estuvo en la capital a la altura de las circunstancias, con un concierto poderoso y electrizante.

El concierto de Metallica para presentar su nuevo disco en el Palacio de los Deportes madrileño no decepcionó a nadie. El "Word Magnetic Tour" sigue su curso y estuvo en la capital a la altura de las circunstancias, con un concierto poderoso y electrizante.

Reza la biografía de Metallica que la de este grupo es una historia "de perfecta sincronía entre hambre, pasión y tiempo". A juzgar por la actuación que esta noche ha brindado la banda californiana en el Palacio de los Deportes de Madrid, mientras los dos primeros condicionantes no han desaparecido, el tercero no ha hecho mella en su destreza musical.

Tras su paso por Barcelona, el "World Magnetic Tour" llegaba a Madrid para presentar "Death magnetic", noveno disco de estudio del grupo formado en 1981 por el batería Lars Ulrich y el cantante y guitarrista James Hetfield, que completan la formación actual junto al guitarrista Kirk Hammett y el bajista Robert Trujillo.

Con las entradas agotadas desde hace semanas para su dos conciertos en la capital, Metallica ha saltado esta noche al escenario ante 15.000 espectadores expectantes por lo que pudiera deparar el primer envite, una vez conocidas las elogiosas críticas que recibió el espectáculo ofrecido el sábado en la ciudad condal.

El grupo que expandió los límites del trash metal, que construyó complejas estructuras compositivas con velocidad y volumen, que con la publicación de "Kill 'em all" en 1983 aportó profundidad al incipiente heavy metal, agasajó a su audiencia con una actuación sólida y poderosa, electrizante, a la altura de las circunstancias.

Los primeros acordes de "That was just your life" y "The end of the line", dos canciones del nuevo disco dieron el pistoletazo de salida a dos horas y media de música sin desmayo, sólo alterada en esos compases iniciales por un sonido que terminó de ajustarse con el primer clásico de la velada: "For whom the bell tolls".

Un espasmo muscular recorrió el recinto al ritmo de "Holier Than Thou", del Black album, tema que dio paso a "One", precedido por un juego de fuegos en el escenario cuadrado simulando una contienda bélica y el sonido de los helicoteros que siempre acompaña a esta canción del And Justice For All. Después, el "Broken, Beat, and Scarred" sentó las bases para otro single del nuevo disco: "Cyanide"

Dicharachero, animado, recuperado de los dolores de espalda que le martirizaron en anteriores actuaciones, Hetfield no cesaba de dirigirse al respetable: "Estamos orgullosos de que hayáis venido esta noche a celebrar el sonido de Metallica".

Acto seguido, "Sad but True" volvió a levantar al respetable, para luego continuar con la emocionante "Turn the page", una rareza que la banda no suele prodigar en sus actuaciones.

Después, "Turn the page" y "All Nightmare Long", prepararon al público para disfrutar de "Master of puppets", que  provocó el delirio en las gradas al tiempo que Hetfield alzaba el micrófono por encima de su cabeza, invitando al público a corear un estribillo que retumbó por cada rincón del Palacio. Sin tiempo para coger aire, "Battery" terminó de levantar a los entregados fans.

Luces de todos los colores, flashes desbocados, ataudes gigantes que giraban en el techo... hasta Hetfield sentado en una silla como si de un cantautor se tratara cuando la sobrecogedora interpretación de "Nothing else matters" deparó momentos emotivos y de enorme categoría técnica.

La memorable "Enter sandman" parecía que ponía fin al concierto, pero Metallica quiso premiar al público con dos temas extra: "Blitzkrieg" y "Motorbreath". Cuando parecía que todo había terminado, James volvió a dirigirse al público, pidió que se encendieran las luces para ver el lleno absoluto del Palacio y comenzó los acordes de "Seek and destroy". En definitiva, un soberbio espectáculo que, como se encargó de recordar el propio vocalista, este martes aguarda su segundo acto.

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