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UN ESTUDIO ANALIZA SU MEMORIA

¿Por qué nunca se equivocan los camareros argentinos?

Adiós al mito del psicoanalista argentino. A partir de ahora, y gracias al estudio de "Behavioural Neurology", todo empresario hostelero que se precie querrá poner un camarero argentino en su negocio; comprobado: nunca se equivocan.

Los mozos, como se los denomina en Argentina, combinan el reconocimiento de algún rasgo característico del cliente, como la cara, el sexo o la ropa, con la ubicación en la mesa, concluyó el estudio, publicado en la revista especializada "Behavioural Neurology".

En el informe final, los científicos bautizaron a la técnica utilizada por los camareros como "método Tortoni" en honor al bar homónimo, que formó parte de la investigación y, con más de 150 años de vida, es uno de los más antiguos de Argentina.

El director del Instituto de Neurología y Medicina Experimental y del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, Facundo Manes, ha recordado que en 2003, durante un encuentro con otros siete amigos en el Café Tortoni, se preguntó cómo podía ser que los camareros argentinos recordaran tantos pedidos sin anotar.

"En los Estados Unidos, anotan tanto los mozos de los restaurantes más distinguidos como los estudiantes universitarios que trabajan en cafés populares. Este era un experimento que sólo podía hacerse en la Argentina", ha dicho, en declaraciones publicadas por el diario La Nación.

El estudio se inició dos años atrás y, durante varias semanas, llevó a los investigadores a visitar distintos bares porteños clásicos, siempre en grupos de ocho comensales que tras hacer sus pedidos se cambiaban de lugar cuando el camarero no los veía.

Al regresar, el camarero generalmente notaba el cambio y los científicos medían si cometían errores al servir el pedido a cada comensal. Si la estrategia de memoria era sólo a través de las caras los clientes, entonces no tendrían problemas al servir el pedido de cada comensal, pero si asociaban el lugar en el que estaban sentados con el pedido, hubieran servido a la persona equivocada.

Por ello, se detectó que lo que usan los camareros es una técnica mixta, que hace que tengan una memoria operativa mucho más desarrollada que la común.

"Para un buen mozo es casi vergonzoso anotar. Vi mozos que atendieron a una misma familia durante toda su vida y no sólo recuerdan sus pedidos sino también sus costumbres", dijo el secretario general del sindicato de gastronómicos, Dante Camaño.

Para Manes, que además preside el grupo de investigación en Neurología Cognitiva de la Federación Mundial de Neurología, "uno de los méritos de esta demostración es que se hizo en el propio lugar de trabajo, no en un laboratorio, y por eso los mozos no sabían que les estaban sirviendo cafés a un grupo de neurocirujanos".

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