Durante el acto de celebración de su toma de posesión de la diócesis asturiana, el nuevo prelado subrayó que llega a Asturias "sin consignas, sin planes conspirados y sin estrategias torcidas" y se confiesa sucesor de los Apóstoles y no "sucesor de los anteriores sucesores". "No soy ni tan santo ni tan temible como algunos han querido presentarme", afirmó.
En el sermón, ante 39 prelados, más de trescientos sacerdotes y cerca de 2.000 fieles, se mostró dispuesto a colaborar en las iniciativas de las autoridades civiles, judiciales, académicas y militares del Principado "que respeten íntegramente la vida de los ciudadanos y garanticen en todos los campos su libertad".
Entre referencias literarias al célebre Leopoldo Alas Clarín y a textos como el Cantar de los Cantares, Monseñor Sanz dijo que se siente libre para servir a Dios, a la Iglesia y a sus hermanos y advirtió de que saldrá al paso "con voz clara y compromiso cristiano" cuando la vida del niño no nacido, del enfermo, del anciano, de quienes se quedan sin trabajo, sin libertad o sin dignidad, sea "puesta en entredicho". "La familia es particularmente querida, y bien saben quienes la banalizan, ningunean u orillan qué réditos inconfesables cobran con sus medidas", sostuvo.
Asimismo, lamentó la presión ejercida en las últimas semanas por los observadores mediáticos, políticos y clericales, que le han sometido a un "buen examen". Al respecto, se mostró sorprendido por "tanta expectativa" y por la "intencionalidad que iba declarando inevitablemente una ideología".
Los aplausos interrumpieron la homilía cuando el nuevo arzobispo aseguró que se ha visto obligado a mirarse en demasiados espejos y manifestó que frente a la propuesta por la que el Papa les "preconiza", parece que dichos observadores, con sus temores o sus deseos, les "precocinan".
Sirviéndose de símiles con el paisaje, Sanz aseguró que se siente "conmovido" por los momentos estelares y de "honda crisis" de las empresas de la región y "sobrecogido" por las "tremendas" cifras de más de setenta mil parados, "con todo lo que supone para cada persona y para cada familia".
Amante de la montaña, alabó las alturas de los Picos de Europa, las aguas bravas del Cantábrico, el mundo de las minas y las ciudades "bellas y limpias" de la "tierra cristiana astur".
Con fragmentos en italiano y en alemán, el nuevo titular de la diócesis vetusta agradeció el apoyo del pueblo asturiano, del presbiterio diocesano, de los seminaristas y catequistas, del Cabildo de la catedral y de los periodistas y le encomendó a los jóvenes y niños que no cesen de escucharse sus preguntas "para que se abran a las respuestas que Dios les brinda en su Iglesia".
Tras la toma de posesión, hoy, Jesús Sanz presidirá mañana una misa en el Santuario de la virgen de Covadonga e iniciará esta semana su agenda con las primeras citas institucionales. Entre los objetivos a abordar se encuentran el Plan del Prerrománico asturiano, el nombramiento de los vicarios que integrarán su equipo y la continuidad de los trabajos del Sínodo Diocesano.
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