El consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, ha hecho esta mañana en Bilbao un balance de las incidencias registradas por las fuertes rachas de viento que han mantenido al País Vasco en alerta roja hasta esta mañana, cuando se ha desactivado el dispositivo de emergencia.
En general, el País Vasco ha recobrado ya la normalidad, con la red viaria abierta y el transporte público funcionando, tras ser suspendidos los autobuses este sábado a las ocho de la tarde. La principal consecuencia que queda, además de los heridos, es que a mediodía de hoy todavía estaban sin luz 24.000 abonados de Iberdola, la compañía que suministra a la gran mayoría de los hogares vascos.
Durante la fase aguda del temporal hasta 60.000 clientes vascos de Iberdrola han sufrido cortes en el suministro eléctrico. El temporal ha dejado vientos de 135 kilómetros por hora en Vitoria, de 123 en Bilbao y de 126 en San Sebastián, según los datos aportados por Ares.
El incidente más grave ha tenido lugar en la autopista AP-1, cuando hacia las 23.35 horas de ayer un panel de señalización de la autopista fue derribado por el viento entre las localidades guipuzcoanas de Soraluze y Eibar, lo que provocó un accidente de tráfico en el que ocho personas resultaron heridas, dos de ellas de gravedad.
Otro incidente destacado se ha registrado en Orduña, donde se tuvo que desalojar a treinta personas de sus domicilios tras haberse desprendido la cubierta de un edificio de siete viviendas. El viento también dejó numerosos incendios forestales, que ya están controlados.
También se suspendieron varios vuelos, ayer por la tarde, además de otros que se desviaron al aeropuerto de Noain (Pamplona). El consejero ha destacado que la alerta dada ayer estaba "plenamente justificada", ha agradecido a los ciudadanos su colaboración y a los servicios de emergencia su trabajo para que no haya habido víctimas.
Amaina el temporal de viento, que mantiene en riesgo bajo al norte y al este
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha rebajado las alertas por viento y oleaje, que se mantienen por riesgo bajo en una quincena de provincias del norte y del este de la península y la isla de Tenerife.
El paso de la borrasca atlántica "Xynthia", con vientos superiores a los 200 kilómetros por hora en algunos casos, ha dejado dos muertos y tres heridos en Castilla y León y uno en Galicia, decenas de miles de abonados sin electricidad en varias comunidades y carreteras cortadas, principalmente por la caída de árboles.
Este domingo está activada la alerta amarilla por vientos de hasta 90 kilómetros por hora en la Cordillera Ibérica, en las provincias de Zaragoza, Teruel y La Rioja. Serán de 80 kilómetros por hora en las tres provincias de la Comunidad Valenciana y en la zona costera de Murcia, y de 75 kilómetros en Tenerife.
Fuerte oleaje se espera en Cantabria, La Coruña, Pontevedra, Guipúzcoa, Vizcaya, Asturias y Murcia. También están en riesgo por nevadas ligeras Cantabria, León, Palencia, Zamora, Lugo, Orense y Asturias; y por aludes, Huesca, Lérida y Navarra.
Rubalcaba, que este sábado comparecía para dar instrucciones ante la ciclogénesis explosiva, se ha mostrado orgulloso. “Pasó la borrasca, se comportó como preveíamos. En conjunto el país ha funcionado bien”.
El ministro ha destacado que “en conjunto, los ciudadanos han actuado responsablemente”. Por ello ha agradecido el “comportamiento” de la población y el de los “servicios públicos que han estado toda la noche al pie del cañón”.