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La derrota que no llegó o el "batacazo electoral" más victorioso de Berlusconi

Dos días después de los comicios, la izquierda italiana se afana en encontrar la proverbial derrota de Berlusconi que nunca se produjo. Mientras se abre batalla dentro del Partido Demócrata buscando culpables, Il Cavaliere disfruta de uno de los triunfos más inesperados y dulces de su historia.

El Partido Demócrata italiano aún está haciéndose cruces ante los resultados de las elecciones regionales del domingo y el lunes. La derrota de Berlusconi se asumía de manera incuestionable, supuestamente sustentada por un "voto de castigo" del que nunca más se supo. Durante semanas la izquierda se frotó las manos complacida, imaginándose en el podio, amparada en los sondeos internos del PD que les daban la victoria, como mínimo, en las regiones clave de Lacio y Piamonte

Pero la coalición del gobierno de Silvio Berlusconi le arrebató el triunfo soñado a la izquierda en esas regiones, adjudicándose seis de las trece provincias en juego. Pocos matices pueden empañar esas cifras, que dejaron a Pierluigi Bersani con una cara de perdedor que pasará a la historia.

"Lo de Lacio fue como tirar al poste en el minuto 90. Y lo de Piamonte como perder en el 95" decía líder del PD, recurriendo a símiles futbolísticos. Bersani destacaba, apesadumbrado que: " Berlusconi ha ganado pero su partido ha perdido el 4,31% del consenso respecto a las elecciones europeas".

Pero a quien han refrendado estos comicios es a Berlusconi, precisamente el punto que más le "escuece" a la izquierda. Ni polémicas con magistrados, ni listas electorales tardías, ni declaraciones mucho más que inconvenientes...El carisma de Il Cavaliere ha vuelto a contar con el apoyo popular de los italianos, ante el pasmo de una izquierda descompuesta en pequeñas escisiones, que claman por una urgente renovación de la formación de Bersani.

"El gobierno está fortalecido. Ellos querían matarme a mí y los italianos han acabado con ellos", declaró Berlusconi tras el "batacazo" fantasma.

La coalición PDL-Liga Norte se adjudicó las regiones de Piamonte, Lombardía, Veneto , Lazio , Campania , y Calabria, y la izquierda en las siete restantes: Emilia Romaña, Liguria, Toscana, Umbria , Marcas, Basilicata , y Apulia.

Otro de los acontecimientos reseñables de estos comicios es el epectacular aumento de votos hacia la Liga Norte de Umberto Bossi, aliada de Berlusconi y a la que debe permanecer atento. La "alianza" - como suelen llamarla los italianos - , consiguió más votos que el propio PDL en zonas históricamente vinculadas a la derecha.

Bossi celebró este triunfo autodenominándose el "árbitro de Italia", y las cabeceras afines pronosticaban su misión: "cambiar la historia". El fenómeno está siendo calificado por la prensa como "tsunami Liga Norte". Ahora, comienza la batalla del federalismo entre ambos socios de gobierno.

A pesar de los pesares, ha habido un pronóstico certero en estos comicios: el hastío de la población. Con unos resultados controvertibles, en los que todas las formaciones se atribuyen victorias y fracasos opinables, la abstención ha sido la nota dominante. En la mayoría de los casos, cae casi diez puntos con respecto a los comicios de 2005.

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