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LA LEY PERMITE MENTIR

La policía cree que cambios legales sobre el perjurio ayudarían a descifrar dónde está Marta

Según la Policía, un simple cambio legal sobre el perjurio podría permitir encontrar el cuerpo de Marta del Castillo, asesinada por su ex novio según la confesión de Miguel Carcaño. Su cuerpo, tras varias búsquedas, sigue sin aparecer, impidiendo un juicio justo.

La no presencia del cadáver impedirá que se tengan pruebas decisivas sobre quién cometió el asesinato y si hubo o no violaciones. El diario ABC se pregunta hoy si existe realmente ya el cuerpo de la infortunada joven porque como señala el mismo sumario: "Los acusados dieron al cuerpo de Marta un destino buscado para evitar que fuera conocido o encontrado; destino ocultado al juzgado que hoy se ignora".

Aunque en otros países existe el derecho de los acusados a guardar silencio o no decir nada que pueda perjudicar al procesado, en España, las garantías del artículo 24.2 de la Constitución, confieren al imputado el derecho a "no declarar contra uno mismo y a no confesarse culpable". Esto es, se permite mentir.

Cuenta La Razón que la Policía cree que las contradicciones del "caso Marta del Castillo" se resolverían incluyendo el perjurio en el Código Penal, en relación con los imputados. En España, sólo los testigos tienen la obligación legal de decir la verdad pero no los imputados que pueden mentir. Si miente, el testigo puede ser procesado por la vía penal, de ahí que la familia de Marta haya solicitado la imputación de la joven ex pareja del asesino confeso en caso de que el cuerpo no esté en el lugar que le aseguró Carcaño y en el que no se ha buscado, según dice. Para que mentir no salga gratis, la Fiscalía ha endurecido la petición de condena para el asesino confeso, al que reprocha que no diga el paradero del cuerpo de Marta tras sus cambios de declaración.

Pero, para ABC, el problema es que puede ser que el cuerpo no exista siquiera ya. En el auto de apertura de juicio del caso Marta del Castillo se apunta la posibilidad de que el cuerpo de la menor ni siquiera exista ya y echa por tierra algunas teorías policiales que apuntaban a que la primera declaración de Miguel Carcaño, aquella en la que aseguró que había tirado a la niña al río Guadalquivir, era la cierta.

El instructor, al parecer, tiene claro que los acusados saben dónde está Marta y que todos parecen haber mentido. Pero, ¿Y si el cuerpo ya no existe? ¿Y si lo hicieron desaparecer? La teoría de que podrían haberlo arrojado al crematorio en el que trabajaba un familiar de uno de los procesados fue descartada policialmente pero la tesis de que fuera quemada o desintegrada tampoco se descarta en medios cercanos al caso.

El juez instructor ha dejado una pieza abierta por si aparece una nueva pista y hay que volver a buscar. O incluso por si la recompensa de un millón de euros ofrecida por un anónimo conducía a alguna pista. Pero ni la millonaria recompensa, muchos creen que destinada romper la ley de silencio de hierro establecida entre los imputados, ha dado frutos. Ni siquiera parece alejada de la realidad la teoría que la familia de Marta ha apuntado en algunas ocasiones y que otras fuentes no descartan. Tal vez pudo haber otras personas que colaboraran para ocultar el cuerpo.

Lo que queda claro hasta ahora es la impotencia del sistema policial-judicial español para arrancar una confesión acerca del destino de un cuerpo a una banda de criminales.

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