Más extensos que profundos, los artículos de ambos líderes reflejan a la perfección las posturas escogidas tras el fallo del Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña. Zapatero, muy complaciente con la sentencia, dedica buena parte del artículo a insistir en que el fallo refrenda lo que decidió el pueblo de Cataluña y que abunda en el estado autonómico así como en la capacidad de autogobierno de Cataluña.
También hace referencia Zapatero a "los límites" que el Constitucional acota en el Estatuto y que aún no están del todo claros, ya que falta por conocer qué interpretaciones conformes redacta el alto tribunal. No obstante, Zapatero insiste en que esos límites "no impedirían que esa regulación se aborde por el cauce constitucionalmente procedente" en el caso de que el TC "no objetase tanto en el fondo de la regulación como en su inclusión formal en un norma estatutaria".
En cualquier caso, insiste en que es "muy consciente de las dificultades de todo tipo que ha habido que sortear, así como de que habrá que transcurrir algún tiempo hasta que cicatricen algunos de los rasguños que la controversia política, demasiado acre en ocasiones, ha abierto entre nosotros."
Según el presidente, el fallo "impide seguir descalificando al Estatut como un ataque frontal a la Constitución". Y continúa, "nada parece justificar que los avances sustanciales que el Estatut comporta en el reconocimiento y reafirmación de la autonomía se hayan visto cercenados."
Por lo demás, vuelve a insistir en que "Cataluña cuenta con el más alto grado de autogobierno que jamás haya conocido" y en que "La Generalitat tiene hoy todas las competencias que los ciudadanos catalanes quisieron reconocerle hace cuatro años". Añade, además, que "ahora se abre un escenario más seguro, un horizonte de posibilidades a explorar, un camino que recorrer". Y eso que al referéndum acudió la mitad del electorado. Y de esa mitad no todo el mundo votó a favor del Estatuto.
Mas y el "espejo roto"
Por su parte, el líder de CIU se queja profundamente, se muestra indignado y habla de espejos. Para Mas, "el TC ha roto un espejo de cristal fino y delicado. Una vez hecho pedazos, ya no se puede recomponer, porque aún conserva las partes rotas y no hay forma de volver a pegarlas y que quede bien".
Pese a que el fallo avala la mayor parte del Estatuto, Mas insiste en que la decisión del TC implica que "el pacto constitucional está agotado" y que "nos toca a los catalanes hacer nuestra propia transición, como se hizo en España hace tres décadas. Una transición hacia el derecho a decidir de nuestro pueblo".
Finalmente señala que "el espejo con España se ha roto. Mejor dicho: nos lo han roto. Pero no rompamos nuestro propio espejo interior porque no tenemos otro, y en él necesitamos seguir mirándonos en el futuro".