Los periodistas se convierten en la noticia este domingo. Los enviados especiales de La Razón relatan los pormenores de las seis horas que estuvieron privados de libertad por parte de la Policía marroquí, que "ocultó a la española que nos tenían retenidos". Su periódico les dedica la portada, y también cuenta que Rubalcaba viajará a Rabat el día 23 para limar diferencias.
El Mundo también lleva la crisis fronteriza a su primera página, y recoge unas palabras de Juan José Imbroda, presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla: "Rabat aprovecha la debilidad del momento final de Zapatero", y añade que "si el Rey tiene que arreglar las relaciones internacionales entre los países, lo nombraremos ministro de Exteriores".
El periódico de Pedro J. Ramírez también nos trae a Tomás Gómez "el forzudo". Según desvela, el candidato del PSM "corre, nada y levanta pesas" hasta el punto de que "a penas tiene un seis por ciento de grasa". "No es un culturista, pero casi", explica su entrenador. Ahí es nada.
Del PSOE también habla ABC, pero para poner el acento de que "Las primarias cercan al PSOE, pero Zapatero 'repite seguro' en 2012". Este rotativo hace una radiografía de la crisis socialista, que recorre la geografía española y se extiende por Valencia, Galicia, Murcia, Canarias o Cantabria.
El apoyo de Obama a la construcción de una mezquita en la Zona Cero, que ya ha matizado, también se cuela en todas las portadas. La Vanguardia le da categoría de noticia principal, y ABC la foto de su primera página. El Mundo, por su parte, destaca que "según un sondeo, el 68 por ciento de los ciudadanos se declaran contrarios a su construcción".
Más asuntos. En clave política, La Vanguardia trae este domingo un asunto que no se debe perder de vista: "Zapatero, a favor de que en Euskadi gobierne la lista más votada". El asunto no es baladí ya que, según este rotativo, el presidente busca "un pacto de no agresión con el PNV para garantizarse la estabilidad de la legislatura y la aprobación de los próximos Presupuestos".
Por último, La Gaceta desvela un dato inquietante: "Las tarjetas que explotaron las bombas del 11-M se siguen vendiendo sin control", y recuerda que Rubalcaba cambió la ley para que fuese obligatorio presentar el DNI y registrar el nombre del comprador. Nada más lejos de la realidad, ya que "periodistas de La Gaceta logran adquirirlas sin problemas en el barrio madrileño de Lavapiés".