El piloto cántabro ha enderezado el rumbo en esta segunda jornada, después de un viernes aciago donde no le salieron los tiempos. "Como mucho, me veo superando a Hirvonen", decía ayer un pesimista Sordo tras llegar al parque de asistencia de Salou sexto en la clasificación, con muy malas sensaciones con su Citroen C4 y a 54.7 segundos del líder, su compañero Loeb.
El español estaba desolado al ver desvanecerse su gran oportunidad de estrenarse en el palmarés del Mundial con una victoria en la prueba de casa. Ni él ni su coche lograron ofrecer buenas prestaciones en los novedosos tramos mixtos (de tierra y asfalto) del primer día, pero hoy tenía ante sí 126 kilómetros cronometrados de puro asfalto -un terreno propicio par él- para resarcirse.
Sordo se mostró convencido de que el coche iría "perfecto" en la etapa de hoy sábado, pero también que ya era "demasiado tarde" para hacer algo importante en el rally. Quizá no sea así.
El piloto de Torrelavega ya es tercero y tiene a tiro al noruego Petter Solberg, también a los mandos de un Citroen y del que le separan 16.9 segundos. El primer puesto ya es otro cantar, porque Loeb, volvió a ejercer hoy su tiranía en una prueba que siempre domina a placer y que lleva ganando ininterrumpidamente desde 2005.
El alsaciano fue el más rápido en cuatro de las seis especiales de un día soleado y que atrajo mucho público a las carreteras tarraconenses. Los otros dos triunfos parciales fueron para Solberg, que está a 44.4 de Loeb, y Sordo, que además fue segundo en tres tramos y tercero en otros dos.
El español se benefició además del accidente del francés Sabestien Ogier (Citroen) y de una avería en el Ford Focus del finlandés Mikko Hirvonen, para escalar posiciones.
Ogier se salió en La Mussara, en el segundo tramo del día, cuando intentaba presionar a su compatriota Loeb, que a esas alturas del día le llevaba una exigua ventaja de 8 segundos. Hirvonen tuvo problemas con el turbo en la segunda pasada por Santa Marina, cuando ya había perdido la cuarta plaza en favor de Sordo.