Considera la CEP que las declaraciones de Isaías Rodríguez Díaz es "un buen ejemplo de cómo enturbiar las relaciones diplomáticas entre nuestro país y Venezuela y, en cuanto al contenido de sus acusaciones, no se compadecen con lo ocurrido y con el trato que le dispensaron los policías, ajustado a la educación y respeto que merece el diplomático".
Dice el sindicato policial que Rodríguez, que no se identificó como el máximo responsable de la legación diplomática venezolana hasta el último momento, ha protagonizado una situación "incómoda para el resto de ciudadanos que transitaban por el control de documentación, retrasando este trámite y, por último, elevando el tono de voz mientras se identificaba verbalmente como embajador. Previamente protagonizó otro incidente, al pretender emplear un acceso reservado a las tripulaciones de las aeronaves de aquella terminal".
"El embajador ha aprovechado un incidente particular, provocado en buena medida por él mismo, para lanzar un ataque contra toda una Institución, el Cuerpo Nacional de Policía, a la que ha acusado de adoptar una actitud "maltratadora" en relación con los venezolanos que llegan a nuestro país. Este exabrupto es una prueba más de la actitud provocadora de quien hace unas semanas insinuaba que las declaraciones autoinculpatorias de dos etarras fueron obtenidas mediante torturas".
La CEP considera que el embajador "demuestra la permanente voluntad de provocación de quien debería estar preocupado por rebajar la tensión diplomática y no por impulsarla con declaraciones gratuitas y acusaciones gravísimas, como las realizadas hoy contra la Policía española. El señor Rodríguez debería dedicar sus esfuerzos a respetar a las instituciones policiales y judiciales españolas, que responden a los estándares europeos de profesionalidad y democracia, y a perseguir la actividad de miembros de la banda terrorista ETA en su país, impidiendo que encuentren allí la impunidad que ninguna otra nación ofrece a una organización perseguida por las democracias de todo el mundo".
"Frente a esta inacción en la aplicación de la Ley contra quienes son reclamados judicialmente por hechos que violan cualquier acuerdo internacional de violación de derechos humanos, el señor Rodríguez nos tiene acostumbrados a provocaciones periódicas. Que la próxima no tenga a la Policía como objetivo es una necesidad que afecta al Ejecutivo español, de quien demandamos que ofrezca una respuesta diplomática para poner fin a este tipo de acusaciones graves y ofensivas contra una Institución de nuestro Estado".