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Irlanda aceptará el rescate si su agujero bancario es "demasiado grande"

El Gobierno irlandés parece haber dado, finalmente, su brazo a torcer. El ministro de Finanzas, Brian Lenihan, admite que aceptará el rescate de la UE y el FMI si el agujero de su banca es "demasido grande" para poder ser tapado con los fondos públicos de Dublín.

Se acercan las horas cruciales que determinarán las condiciones y cuantía definitiva del rescate irlandés. Tras varios días negando la necesidad de ayuda, el Gobierno de Dublín abre al fin la puerta al rescate de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, según las últimas informaciones podría rondar los 100.000 millones de euros, además de contar con la participación de Gran Bretaña (que no pertenece a la zona euro), debido a la exposición de su banca a la deuda irlandesa. De hecho, está previsto que este mismo jueves desembarquen las delegaciones del BCE y el FMI para iniciar las negociaciones con el Gobierno irlandés.

El ministro de Finanzas celta, Brian Lenihan, señaló este miércoles por la mañana que Dublín aceptará el apoyo de la Unión Europea si la crisis bancaria es demasiado grande para ser resuelta mediante el uso de fondos públicos irlandéses. Dublín reconoció recientemente que precisará inyectar cerca de 50.000 millones de euros para tratar de salvar a su sistema financiero, pero la mayoría de inversores estima que la cuantía final será muy superior.

"A pesar de una amplia gama de medidas adoptadas por el Gobierno, Irlanda es un país pequeño, y si los problemas bancarios son demasiado grandes para poder ser gestionados por este pequeño país, Europa está dejando claro que va a ayudar y a contribuir de todas las formas posibles para asegurar el sistema ", dijo Lenihan. El tamaño de la banca irlandesa asciende al 1.000% del PIB nacional, por lo que su quiebra es inasumible para las cuentas públicas de Dublín.

En declaraciones a la radio RTE, Lenihan dijo que trabajará con sus socios de la UE para abordar los problemas estructurales del sistema bancario irlandés, pero se negó a fijar un plazo máximo para concluir la negociación, cuyos principales puntos se abordarán mañana jueves con los delegados del Eurogrupo, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE) que han desembarcado en Dublín.

Las conversaciones sobre el plan de ayuda a Irlanda se vienen desarrollando en los últimos días a un ritmo frenético, marcado por la creciente tensión que registra el mercado de deuda pública en algunos países de la zona euro, tales como Irlanda, Portugal y España. Tras numerosas negativas, Lenihan acaba de abrir la puerta al rescate internacional, aunque son muchos los puntos que quedan por dilucidar.

Lenihan insistió en que Europa trabaja "hombro con hombro" con Irlanda y que el BCE respalda "totalmente" al sistema bancario irlandés, con lo que los depósitos están garantizados. Precisamente, la gran banca irlandesa ha sufrido una creciente fuga de depósitos ante el miedo de que quiebre el país. Dublín ha estado recibiendo presiones de todo tipo en la última semana para que acepte el rescate, pero el principal interesado ha sido el BCE, ya que en los últimos meses ha estado manteniendo con respiración asistida a la banca irlandesa gracias a su financiación ilimitada y casi gratuita (interés del 1%).

Impuesto de Sociedades

El problema es que dicho crédito no es indefinido y el BCE no quiere de ningún modo tener que hacerse cargo de las emisiones de deuda pública irlandesa (monetización de deuda). Por ello, insta a Dublín a que acepte el crédito del Fondo de Estabilización Financiera que se creó en mayo, y que está dotado con 750.000 millones de euros.

El Gobierno irlandés, que trata de salvar la cara y proteger su reducida mayoría parlamentaria, ha tratado de buscar apoyo para sus bancos, que estuvieron al borde de la quiebra por la crisis financiera mundial y el estallido de la burbuja inmobiliaria, pero fueron finalemente fueron rescatados por el Estado.

El Gobierno tiene cubiertas sus necesidades financieras (deuda pública) hasta mediados de 2011, pero los rendimientos (tipo de interés) de sus bonos han subido durante la última semana y el acceso a los mercados de capital por parte de los bancos del país, que cuentan con garantías estatales, se ha visto restringido, dependiendo únicamente de los fondos del BCE (130.000 millones el pasado octubre) para mantenerse a flote.

El mercado atribuye el rechazo inicial de Dublín al rescate a una cita electoral que tendrá lugar el próximo 25 de noviembre, así como al miedo a perder su soberanía económica. En cuanto a este último punto, Irlanda se juega su atractiva fiscalidad empresarial, que ha recibido numerosas críticas por parte de otros países miembros de la zona euro durante los últimos años. En este sentido, algunos gobiernos como el alemán e, incluso, el británico pretenden imponer una subida del Impuesto de Sociedades irlandés (fijada en el 12,5%) a cambio del rescate.

Este tipo tan bajo ha sido clave en el desarrollo y modelo económico de Irlanda, ya que ha logrado atraer a numerosas multinacionales. Otros gobiernos de la zona euro quieren que Irlanda aplique un tipo más alto para contrarrestar dicha competencia fiscal.

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