El pasado 25 de octubre la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condenó a quince años de cárcel a los etarras Idoia Mendizábal y Asier Arzalluz , miembros del grupo Olaia, por un delito de asesinato en grado de tentativa contra el presidente del Consejo de Administración del Grupo Correo, Enrique Ybarra Ybarra. Los hechos se remontan al 17 de enero de 2002 cuando la banda terrorista ETA envió tres paquetes bomba cuyos destinatarios eran la delegada de Antena 3 en Bilbao, el director de Radio Nacional en la misma ciudad e Ybarra.
Este miércoles la Sección Primera de dicho tribunal, presidida por el magistrado Javier Gómez Bermúdez, ha absuelto a Mendizábal y Arzalluz por el envío de uno de esos tres paquetes bomba; en este caso, dirigido al directivo de la radio pública, Santiago Silván.
De esta forma, dos terroristas juzgados por dos delitos similares cometidos el mismo día han sido primero condenados, y luego absueltos, por diferentes Salas de la Audiencia Nacional con un mes de diferencia.
Según el tribunal que dictó la sentencia condenatoria, "los tres paquetes habían sido enviados por una mujer de unos 30 años de edad, de pelo color caoba, de aproximadamente 1.60 metros, provista con gorra y bufanda". Para los magistrados Teresa Palacios, Carmen Paloma González Pastor y Juan Francisco Martel quedó suficientemente probado que los dos etarras "decidieron acabar con la vida de Enrique Ybarra Ybarra mediante el envío de un paquete bomba a su domicilio". No obstante, su objetivo se frustó al haber sido el explosivo desactivado por la Policía Autónoma Vasca horas después de llegar al domicilio del empresario.
En cambio, para el tribunal de Gómez Bermúdez "que una mujer de veintitantos años, con gorra y altura entre 160 y 165 centímetros fuera la persona que entregó en las oficinas de servicio de mensajería el paquete bomba es un dato impreciso que ni siquiera podríamos utilizar con provecho" a la hora condenar a los acusados por el atentado contra Silván, director de RNE en Bilbao.
Por otro lado, una de las pruebas principales que condujeron a la Sala Cuarta a condenar a los acusados el pasado mes de octubre, según consta en la sentencia 62/10, es que las dos etiquetas que se encontraron en dicho paquete bomba –en una de ellas aparecía como remitente la Confederación Empresarial vasca y en la otra el presidente del Grupo Correo- fueron mecanografiadas con la máquina de escribir del piso que tenían Mendizábal y Arzalluz en Amorebieta (Vizcaya).
En cambio, la Sala Primera presidida por Gómez Bermúdez estima que "no consta que Asier Arzalluz e Idoia Mendizábal hubieran decidido la acción, ni dado la orden de atentar" contra el director de Radio Nacional. El argumento dado por este tribunal se apoya en la ausencia de un "dato fundamental": no se ha podido probar ni durante la instrucción ni durante la vista oral que el informe incautado en el piso donde vivían los etarras en Amorebieta –donde se relataba la acción terrorista que iban a perpetrar posteriormente- fuera elaborado con la máquina de escribir que se encontraba en dicho inmueble.
Para el fiscal del caso, Vicente González Mota –quien solicitaba una pena de 20 años de cárcel para los miembros el grupo Olaia de ETA- el documento citado fue elaborado con la máquina Olivetti que se hallaba en el piso franco de la banda en la localidad guipuzcoana. Para el tribunal, "este hecho es una mera legación sin sustento probatorio" ya que el representante del Ministerio Público no "sugirió" que se cotejase ese dato.
Asimismo, la sentencia absolutoria señala que el hecho de que "los acusados hayan admitido su pertenencia a la organización terrorista ETA no es indicio de que intervinieran en la ejecución del atentado contra el periodista".