Exprimir al máximo lo que les une y mirar para otro lado, alzando la voz sólo en casos extremos, en los temas en los que les separa. El Partido Popular de Cataluña, con el aval expreso de Mariano Rajoy, tiene ya el boceto de la estrategia a seguir en la nueva "era Mas", y tiene la intención de hacer valer sus 18 escaños en el Parlamento.
Y para hacerlo, arguyen las fuentes consultadas por Libertad Digital, lo "esencial" es no chocar frontalmente con CiU, el nuevo partido en el poder, siendo el primer gesto de entendimiento facilitar la investidura del candidato nacionalista absteniéndose en la votación.
Abierto así el camino de las buenas relaciones, Alicia Sánchez Camacho quiere trabajar codo con codo con la Generalidad en la búsqueda de soluciones contra la crisis. "Nosotros estamos para construir, porque en este momento ésa es la prioridad en Cataluña y en toda España", afirmó Rajoy, que el miércoles se trasladó a Barcelona para felicitar al PPC por su histórico resultado.
"Nuestros discursos en materia económica son muy similares. Así ha quedado constatado tanto en el Parlament como en el Congreso. Ese es nuestro nexo de unión, y lo tenemos que incentivar", dice, clarificador, un estratega del partido a nivel nacional.
Sin embargo, hasta en el palo económico hay un pero importantísimo que les separa: la reivindicación del concierto económico al que aspira CiU y que rechaza el PP. De ello estuvieron hablando Artur Mas y Sánchez Camacho en su reunión, si bien en el PPC piensan que si "no le dan mucho bombo" ellos tendrán "margen de maniobra" para no hacer sangre.
El PP, ante los postulados nacionalistas
Las mayores complicaciones llegarían con el discurso en clave soberanista de uno y otro partido, que es diametralmente opuesto. Un portavoz autorizado asegura en este punto que el PP "jamás va a cambiar" su ideario y que rechazarán, como ya hicieron en campaña, cualquier guiño separatista.
Dicho lo cual, ni siquiera en este área los populares se muestran especialmente preocupados; creen que CiU no armará "demasiado jaleo" porque "sabe mejor que nadie que este tema no interesa a los ciudadanos".
Así pues, a lo que aspira el PP es a intentar colar su programa en los proyectos del nuevo Ejecutivo. Un plan de acción que, recuerdan, también incluye mano dura contra la inmigración ilegal; extremo que ha sido "muy aplaudido" por los catalanes en las urnas.