Sálvame Deluxe anunciaba a bombo y platillo la presencia el pasado viernes de Tammy, uno de los cientos de exconcursantes de los millones de realities de la cadena de Vasile. El morbo venía porque la susodicha está entrada en carnes y además es gótica, y dice tener "esclavos sexuales" que le chupan los pies y cumplen sus órdenes.
Así de felices se las deseaban en el programa de Jorge Javier Vázquez, que a buen seguro tenía preparadas muy ingeniosas bromas acerca de las perversiones de esclavo y ama. Allí se presentaron la tal Tammy, con una correíta de la que venía atado su supuesto esclavo, todo vestido de latex (máscara incluida) y cumpliendo funciones de un perrito: "Sólo habla si yo se lo pido", decía la mujer: "Tengo varios esclavos. A éste le conozco desde hace 4 años".
Poco tiempo tuvieron los colaboradores para hacer bromitas sobre el asunto. Resultó que el señor tras la máscara de látex sí que hablaba sin necesidad de peticiones de su ama. Se levantó del suelo –donde pacía como un perrito- y agarró el micrófono, pronunció un confuso discurso sobre la liberación sexual del hombre. O algo.
"Yo a esta señora no la conocía de nada hasta esta tarde" decía el inquietante esclavo, que se despachó a gusto con su partenaire. Hasta que llegó el momento cumbre de la revelación: "Yo lo que realmente soy es un maltratador. He sido condenado por maltratador y he estado un año en la cárcel".
Y con estas palabras, no hubo más remedio que descubrir todo el pastel. La exconcursante confesó todo: que ella tenía muchos esclavos sexuales, pero como no querían ir a televisión, Sálvame contrató a uno ficticio. Pero no era esclavo: era maltratador.
Así las cosas, el hombre fue sacado del plató de Telecinco por el personal de Seguridad, sin acceder a quitarse la máscara de látex y descubrir su identidad. Minutos más tarde, Jorge Javier explicó que la Policía Nacional ya interrogaba al falso esclavo.