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La problemática herencia de Pepe Sancho

Aunque se espera que Reyes Monforte sea la heredera universal, sus hijos podrían reclamar lo que les corresponde por ley.

Pepe Sancho murió el pasado 13 de marzo a la edad de 68 años, dejando una relación tormentosa con su primera mujer, María Jiménez, con su hijo Alejandro –de 31 años- y con otro hijo anterior, Javier –de 40-, cuya paternidad fue anulada por una sentencia judicial. El actor logró amasar un considerable patrimonio cuya herencia, cuando se lea su testamento, quizá plantee dificultades. 

Al morir, Sancho dejó en manos de su mujer, la periodista Reyes Monforte, gran parte de su patrimonio. Desde 2010, la periodista es la administradora única de Prospopon S.L., la empresa que el actor fundó con María Jiménez y cuyo control absoluto obtuvo tras la separación de la pareja en 2002. A los beneficios de la empresa, en la que facturó la mayor parte de los trabajos de los últimos años, hay que añadir cuatro pisos: dos en Altea (Alicante), uno en Manises (Valencia) y otro en Madrid.

Se espera que Reyes sea la heredera universal, aunque su hijo Alejandro, con el que Pepe no mantenía relación desde hace seis años y que se enteró de su muerte a través de los medios de comunicación, podría reclamar lo que le corresponde por ley: un tercio de la herencia –la legítima-, más el tercio de mejora que el fallecido puede distribuir libremente, pero solo entre sus descendientes.

A Alejandro podría unirse Javier, el hijo que Pepe Sancho tuvo con la azafata de Un, dos tres Pilar Pérez. Una sentencia de 1980 anulaba la paternidad que el actor había asumido, porque Pilar afirmó que no era hijo suyo. Ahora, ante la posibilidad de heredar, quizá decida reabrir el caso. Así, podría tener lugar un enfrentamiento a tres bandas entre los dos hijos del actor y su última novia.

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