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Rosa Belmonte

K’ aguhtotáh

¿Qué haríamos sin Leticia Sabater y José Antonio Camacho ahora que se acerca el fin del mundo? Para el segundo al menos hay un traductor de murciano.

¿Qué haríamos sin Leticia Sabater y José Antonio Camacho ahora que se acerca el fin del mundo? Para el segundo al menos hay un traductor de murciano.
La Salchipapa de Leticia Sabater | Youtube

¿Qué haríamos sin Leticia Sabater y José Antonio Camacho ahora que se acerca el fin del mundo? Una ha sacado una nueva versión de la Salchipapa (va teniendo la cintura del niño gordo) y el otro es, de momento, lo mejor de esta Eurocopa de batallas campales fuera de los estadios. Como murciana con acento no me siento ofendida cuando la gente se pregunta en qué idioma habla el de Cieza. Algunos, si escucharan murciano de verdad, tendrían que sacar la máquina Enigma de los nazis para descodificarlo. Menos mal que el profesor Israel Box ha elaborado un Traductor Murciano en Twitter (@traductormurcia). Por ejemplo, "Estoy atravesando una fase de apatía emocional y cansancio físico" sería en murciano "¡La hohtia, qué pocah ganah de ná!". O "Una vez expuestos mis argumentos, dime ¿llevo o no llevo razón" sería “Acho, ¿éh o no éh?”. Y “Me cuesta reconocer que envidio tu esbelta figura” se traduciría en murciano como “¡Uh, chacha, téhtáh queando en ná!”.

Una de mis favoritas: "No me parece de recibo cargar con la realización de las tareas domésticas mientras tú descansas en el sofá". Traducción: "¡K’ aguhtotáh". Luego hay cosas que se dirían en Londres: "Con un poco de azúcar esa píldora que os dan satisfechos tomaréis". Y en murciano: “¡Chalé un chorrico limón, pijo!”. Seguramente Leticia Sabater no entendería un pimiento. Aunque Camacho dice cosas razonabilísimas que se suelen captar muy bien. Así esta sentencia tras el partido de España contra la República Checa: “¿Por qué Iniesta no tiene un Balón de Oro? Pues porque la gente no sabe de fútbol”.

Antes del presunto hit de la Salchipapa, a Leticia Sabater la habíamos visto en Ochéntame otra vez, el programa de La 1. Allí dijo cosas graciosísimas sobre su etapa como presentadora de Mucha marcha de 1995 a 1999. "No iba vestida para niños. Enseñaba más muslo del normal, pero los niños elegían". Más: "Había señores que me llamaban tonta. Pero yo no entendía que con 40 años vieran mi programa". Otra: "No era consciente de que podía ser un mito erótico". Recordaba también que en el programa había un loro que hablaba. “Estaba celosa del loro porque salía mucho más que yo”. Ahora tiene ese vídeo de la Salchipapa y un anuncio de Codere donde recuerda que recuperó en el quirófano el 50% de su virginidad (la que ofreció a Albert Rivera) y que tú también puedes recuperar en Codere el 50% de lo que pierdas en las apuestas. Ya se imaginaba el cachondeo que iba a generar. Su existencia como ‘tardovedette’ y esa pinta entre la Sirenita y Mae West en los últimos años de su vida no puede traer otra cosa.

Pero tanto ella como Camacho podrían responder igual. Dejo la última traducción del castellano al murciano. "Lejos de atemorizarme, tus amenazas no hacen sino incrementar mi gallardía". También podría ser en castellano "Vuestras risas no me causan el menor efecto". Y en murciano: "¡Me váih a tocah er pijo!"

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