El prestigioso Quinteto de la ORTVE clausura la 32 edición del Festival Internacional de Ayamonte en el famoso Patio de la Jabonería por el que han pasado artistas como Raphael, Arcángel o Vicente Amigo.
Como en cada edición, Florencio Aguilera, fundador del festival y propietario del Patio de la Jabonería, demuestra acertar con la oferta musical que se ofrece, trascendiendo las fronteras de Ayamonte y Huelva, y convirtiéndose en un festival referente a nivel nacional e internacional.
Sin duda alguna lo más destacado de esta edición, dentro del panorama de la música clásica, ha sido el estreno de la orquesta sinfónica de la joven violinista Elena Mikhailova, Mikhailova’s Stars Symphonic Orchestra, y la actuación del Quinteto de la ORTVE compuesto por Gustavo Duarte (clarinete), David Mata y Lavinia Moraru (violines), María Cámara (viola) y Javier Albarés (violonchelo).
La violinista hispanorusa demostraba, en un concierto que alcanzaba las dos horas de duración, un perfecto dominio de la técnica del violín para obras virtuosas y propias de los grandes artistas de finales del Romanticismo. Con una perfecta interpretación del concierto de Mendelssohn para violín y orquesta (op. 64) el público recibía entre aplausos y bravos al conjunto de instrumentistas, dirigido por Borja Quintas.
Fue, sin embargo, la segunda parte la más original del concierto. Arreglos de Sarasate, Albéniz o Monti (para la propina) conmovía a todos los asistentes del Patio de la Jabonería.
La obra estrella de Mikhailova fue sin duda "Carmen" de Pablo Sarasate (op. 25), ya un clásico en sus conciertos. Los tempos y la casi incuantificable velocidad escogida por el director y la violinista, hasta ahora nunca vista, manifestaban la excelente técnica de la joven solista que ha heredado de maestros de la talla de Yehudi Menuhin, Zakhar Bron o Salvatore Accardo.
El público pedía espectáculo, así que no dudaron, violinista y director, en zapatear, como si de un concierto de flamenco se tratara, el famoso "Zapateado" de Sarasate para violín y orquesta.
La orquesta sinfónica mostraba en las obras de Albéniz (Sevilla, Asturias y Cataluña) el perfeccionismo de los vientos, la maestría de las cuerdas y la precisión rítmica de los percusionistas conducidos por el que es actualmente el director titular de la Orquesta de la JMJ.
La gran sorpresa de la noche fueron las Czardas de Monti, inicialmente compuestas para violín y piano, y que la Mikhailova’s Stars Symphonic Orchestra interpretó, junto a la violinista, gracias a la particular versión del conocido compositor ruso, Kuzma Bodrov, que ha creado una adaptación para violín y orquesta sinfónica.
En un momento en el que la cultura y la música clásica queda relegada, lamentablemente, a un segundo plano, es, cuando menos, admirable la capacidad de una violinista como Mikhailova al fundar su propia orquesta sinfónica para ofrecer un programa tan poco tradicional y que requiere de tanta complejidad al abandonar la música de cámara y optar por el virtuosismo que hace falta para motivar a los espectadores y democratizar esta industria.
Cabe destacar que Elena Mikhailova interpretará el concierto de Sibelius como solista con la Orquesta Sinfónica de Yucatán el próximo mes de noviembre, bajo la batuta de Juan Carlos Lomónaco, en una gira por Yucatán y Michoacán (México).
Asimismo el Quinteto de la Orquesta Sinfónica de la RTVE ha acercado a los ayamontinos lo mejor de la prestigiosa orquesta fundada en 1965. La elegante versión del "Quinteto con clarinete en La mayor K. 581" de Mozart brilló con luz propia, no sin menospreciar la exquisita interpretación de Brahms destacando especialmente el sonido de Gustavo Duarte.