Lola Herrera regresa al teatro, después de una caída que la ha mantenido un tiempo alejada de la obra La velocidad del otoño, una alegoría del final de la vida. Comparte escena con Juanjo Artero, quien la acompañará en un viaje por los recuerdos que combaten la demencia senil.
Alejandra es una mujer de 79 años de edad que pretende inmolarse en su propia casa. Utilizará unos cócteles molotov fabricados con el líquido de revelado que su difunto marido guardaba en el trastero. No quiere irse a una residencia, no quiere abandonar su guarida: un piso en un edificio histórico. Sus dos hijos mayores no van a permitir que prenda fuego a la herencia, por lo que recurren a un mediador. Cristóbal, el pequeño, será el encargado de devolver el juicio a su anciana madre. Y, para ello, recurre a la carga emocional, a las relaciones materno-filiales, y al viejo dicho de "cualquier tiempo pasado fue mejor".
Con la puerta cerrada a cal y canto, atrincherados en un sofá rojo rodeado de botellas inflamables, abren una ventana al pasado, para recordar que la vida está llena de buenos y malos momentos, un puzle que el olvido se empeña en desdibujar.
Esta obra de teatro pone en valor la tercera edad, pero también contextualiza los problemas propios de una época de la vida que no todos han de vivir. No conocemos el momento en el que la vida termina, y la muerte sobrevuela cada uno de los actos: a veces en forma de comedia, a veces en forma de drama. ¿Cómo encarar el final de los días cuando no se sabe cuándo va a llegar?
Madre e hijo mantienen un ten con ten, que concluye en que, pese a la diferencia de edad, los dos están en el mismo punto. Una obra de Eric Coble en la que reivindica que en la vejez también hay belleza, como en la vida, hasta que se termina.
Complicidad en las tablas
No es la primera vez que coinciden sobre las tablas Lola Herrera y Juanjo Artero. En una producción anterior, Seis clases de baile en seis semanas, demostraron que se llevaban bien. En La velocidad del otoño, Artero interpreta a Cristóbal, el hijo pequeño, sensible y frágil, que se pone de manifiesto a los pocos minutos, tras una coraza que utiliza para defenderse de la vida. Herrera es una madre que observa asustada cómo sus otros dos hijos quieren arrebatarle lo que más quiere: su casa, su refugio.
Alejandra, el personaje que interpreta Lola Herrera, bien podría ser una Carmen Sotillos al final de sus días, pero –a diferencia de ésta–, no se debate en un mar de dudas: sí que tiene claro lo que quiere y cuándo lo va a conseguir. Cristóbal, el papel de Juanjo Artero, es el de un hijo conciliador y compasivo que, con la dirección de Magüi Mira, sobrelleva el peso de la obra.
Ficha
- Espectáculo: La velocidad del otoño
- Lugar: Teatro Bellas Artes (C/ Marqués de Casa Riera 2. 28014 Madrid)
- Fechas: Sin fecha de salida
- Reparto: Lola Herrera y Juanjo Artero
- Autor: Eric Coble
- Dirección y espacio escénico: Magüi Mira
- Versión: Bernabé Rico
- Valoración: 7/10