La polémica por el árbitro del Real Madrid-Barcelona de Champions viene de días atrás. Concretamente desde el sábado, cuando Pep Guardiola, tras la victoria de los azulgrana ante el Osasuna en el Camp Nou (2-0), expresó sus temores por la posible elección del portugués Pedro Proença, paisano de José Mourinho. "Si al final pita un portugués, el entrenador del Real Madrid estará felicísimo, estará contentísimo", dijo entonces el preparador barcelonista.
Presión del Barça o no, lo cierto es que la UEFA designó el lunes como colegiado del clásico al alemán Wolfgang Stark, algo que cayó como un jarro de agua fría en el madridismo -así se encargó de reflejarlo el propio club en una nota en su página web oficial- al recordar que fue el mismo árbitro que "dejó sin señalar un claro penalti" en Lyon, en la ida de octavos de final de la Liga de Campeones, por unas manos de Gourcuff dentro del área tras un lanzamiento de falta a cargo de Cristiano Ronaldo.
Los temores del Madrid, pues, no estaban ni mucho menos infundados y el árbitro alemán volvió a hacer de las suyas contra los blancos ante el Barça. Si les perjudicó a finales de febrero en el estadio Gerland, dos meses después les ha expoliado en el Santiago Bernabéu, en su propia casa.
Stark no titubeó un instante a la hora de expulsar con roja directa a Pepe por un plantillazo de Pepe a Dani Alves, pero dejó en el limbo una durísima entrada, muy parecida, de Sergio Busquets a Xabi Alonso. De nuevo el Madrid salía perjudicado y volvían a ponerse de manifiesto las ayudas arbitrales al Barcelona que ha denunciado José Mourinho ha denunciado en más de una ocasión.
Primero fue en la eliminatoria de semifinales de hace dos temporadas contra el Chelsea, con el polémico arbitraje de Tom Henning-Ovrebo; la campaña pasada, el belga Franck De Bleeckere ayudó a los azulgrana contra el Inter en el Camp Nou, en el partido de los aspersores. Y esta temporada, primero Massimo Busacca expulsa de forma polémica a Van Persie en el Barça-Arsenal de vuelta de octavos de la Champions y ahora, un mes y medio después, Stark muestra la roja a Pepe de forma cuanto menos rigurosa.